Pedro De Lorenzo y Macías
Estella (Navarra). Su historia, sus bellezas
Las fotografías son del Archivo Fotográfico del Ayuntamiento de Estella, cedidas para este ensayo. Referencia Andrea Rodriguez Tarazona.
Todos conocemos las apariciones de La Virgen en Lourdes, en Fátima. Siempre elige los lugares más bucólicos, plenos de hermosura natural, y sus pastorcillos.
Cuenta la Leyenda. Unos pastores charlaban amistosamente a la falda del monte Puy; los rebaños protegidos y se calentaban del frescor nocturno, en el año 1085. ¡Quedaron estupefactos! Bellas estrellas caían sobre la cima del monte. Su curiosidad les llevó al lugar divino. Encontraron una cueva, dentro una imagen de la Virgen, iluminada por luces estelares. Corrieron a junto el clérigo.
Una comitiva, dirigida por el cura y pastorcillos, llegaron a la cueva. Quisieron levantar la imagen; una fuerza divina se lo impidió. Lo intentaron con más fuerza, no se movió ni un centímetro. Decidieron dejarla en su santificada cueva y construir un santuario a su alrededor.
En 1090 el rey navarro Sancho Ramírez ( I de Aragón y V de Pamplona) fundó la localidad de Estella para dar cobijo y proteger a los peregrinos jacobeos. Por esa zona transitaban gran cantidad de viajeros de Europa. Su nombre se deriva de "Stela-ae", vocablo latino: significa estrella.
En esta gran cima, conocida como Lizarra, se erigió la Basílica de la Virgen de Puy, patrona de la reciente villa "Estella". La talla de esta virgen presenta unas simpáticas facciones.
Esta ciudad es un punto de encuentro del camino jacobeo. En el alto del monte, en su inicio se construyó una ermita, luego una iglesia barroca y en la actualidad esta basílica de forma de estrella. En 1929 se derribó la iglesia barroca. Aparecieron numerosos vestigios de milagrosas curaciones; alguno tan pastoril: una fotografía de un joven con la cara deformada por un mordisco de un asno.
El milagro más recordado fue en septiembre de 1638. Durante la defensa de Fuenterrabía, muchos hombres de Estella fueron destinados a combatir en el frente de alto riesgo. Se encomendaron a la Virgen de su Stela; se les apareció y les prometió que todos regresarían incólumes. La promesa se cumplió y la ciudad la denominó su Patrona.
Como nuestro pueblo Celta, las villas se erigieron al cobijo de agua cristalina. El río Ega fue enriqueciendo a Estella con construcciones
románicas; algunas siguen de testigos. Su casco histórico medieval fue declarado Bien de Interés Cultural, por su encanto y duende.
A partir del siglo XII se construyeron sólidos edificios, sobre todo religiosos. El historiador Julio Caro Baroja: "Hicieron de Estella la capital del románico navarro".
En esta bella ciudad existió una judería de gran relevancia, desde el siglo XI al XIII; propulsaron un gran desarrollo comercial y cultural. Hoy, lo han recuperado. Pueden pasear la histórica Rúa de las Tiendas, en ruta jacobea.
¡Una tentación para los amantes de compras! ¡Dejad las tarjetas en casa! Escalando el monte, disfrutaremos de lugares de duende, donde estuvo emplazada la vieja judería Elgacena. Un buen sendero para los caminantes: La plaza fuerte de Frontera, mimada por las travesuras de la singladura del rio Ega, alagada por las cimas de Montejurra, Peñaguda, Santa Bárbara, y la Cruz de los Caídos.
Antiguamente era un puente románico, conocido como Puente de La Carcel. Era paso obligados para nuestros romeros. Fue destruido en la III Guerra Carlista en 1873. Se reconstruyó siguiendo el modelo antergo.
Hechos relevantes. Años 1872-1876, surge la III Guerra Carlista. El pretendiente al trono, Carlos VII estableció su corte en esta preciosa villa. En 1998 se reunieron varios partidos nacionalistas vascos, buscando soluciones políticas, con el diálogo, al conflicto del terrorismo de ETA.
Si os animáis a visitarla, no olvidéis de contemplar la iglesia del cister San Pedro de la Rúa: bello claustro, adornado de capiteles de escenas bíblicas. También El Palacio de los Reyes de Navarra; tiene un capitel que representa la leyenda de Roldán. Tenéis otros monumentos de gran esbeltez.
¡Ya están los sibaritas! Preguntan los platos típicos de Estella. Los espárragos y los pimientos del piquillo; las sublimes menestras: la alcachofa, borraja y el cardo. Las pochas y los calbotes.
¡Menudas caras! Lo más típico, el cordero al chilindrón y el ajoarriero. Tal vez el más tradicional sea el gorrín, lechón, cocinados en horno de leña. También abundan las truchas, perdices y palomas, que las acompañas con excelentes hongos o setas.
¡Ya estaban exhausto de tanto ayuno! Soplaban al bus, con ánimo de degustar unas chuletillas de cordero. ¡En el restaurante! La boca se les hacía agua. ¡Vaya decepción! Sirvieron churrasco de cerdo. Hubo ciertos comentarios, pero el buen vino los llevó a la concordia.
Nos despedimos de Pamplona, rumbo a Logroño. A fisgar algo de su historia, de sus leyendas. ¡Seguimos caminando, en bus!
Pedro de Lorenzo y Macías.