Pedro De Lorenzo y Macías
Los enigmas de Logroño: su puente y vicisitudes...
Todas las grandes villas históricas del medievo surgen en las riberas del río. Algunas lo miman en ambas orillas, construyendo puentes para su unión. Éstos pasan a la historia casi sin reconocimiento y un poco en olvido.
Fotografía: Jerónimo Jiménez Martínez (1977).Vista de Logroño y su puente en 1845.
¡Es triste! No se encuentran vestigios del primer puente que unía esta maravillosa ciudad, reverenciando al Ebro. Lo conocen como Puente de los Doce Arcos. La imagen la encontró en el Memorial de Albia de Castro (1633).
En el fuero de Logroño, concedido por Alfonso VI en 1095, hace referencia a este hermosura, denominándolo "Puente de San Juan": Et si venerit alicuius homo de foris flumen Iberi, qui inquirat judicium ad alicuius populator respondeat in sua villa, vel in caput ponti de Santo Ioanne (Y si viniera algún hombre de más allá del río Ebro, que pidiera en juicio a algún poblador, que responda en su villa o en la cabeza del Puente de San Juan).
La descripción de Fernando Albia de Castro: Menciona como su constructor a Juan Ortega en 1633, sobre otro anterior. Unos 200 metros de longitud, con 12 arcos reales; ocho iguales de hueco y los cuatro restantes similares. Tenía tres torreones defensivos, subvencionados por los reyes para defensa de la ciudad y protección de los peregrinos.
Narciso Hergueta nos detalla estos torreones: El primero lindaba con Navarra, sito entre el tercero y cuarto arco; muy similar al tercero, que unía a la muralla en el duodécimo arco. El segundo, sito entre el séptimo y octavo, era guarnición para 40 hombres armados y poseía tres ventanucos; custodiaba un sistema de poleas que movían el puente levadizo de madera.
Este puente soportó grandes deterioros y muchas reparaciones hasta finales del siglo XIX: 1775 una gran riada cubrió todo el puente, destruyendo el primer torreón. En 1835 surge la primera guerra civil carlista; se cortó uno de los arcos, sustituyéndolo por un puente levadizo. En 1850 devastaron los restos de las torres en ruinas.
En enero de 1871 otra avalancha de agua, obligaron a demoler sus tres últimos arcos; deciden sustituirlos por dos nuevos, obra adjudicada en 1878; se instala un paso provisional de madera. En 1880 la sección artillera rodada rompe el puente, impidiendo el paso a ambas orillas. El cuerpo de pontoneros del ejército instala una plataforma de más de 63 metros; utilizaron dos barcas, unidas con vigas. En septiembre de ese año, cruzaba el Regimiento de Infantería número 23 en barca; esta zozobró muriendo 90 soldados por pánico, ya que el agua no les cubría totalmente.
A consecuencias de este accidente, el gobierno tomó medidas. Construyó un puente provisional de madera, denominado Sagasta.
La empresa Maquinista Terrestre y Marítima de Barcelona en 1881 proyectó el puente de hierro; fue inaugurado en 1882. Se encarga al ingeniero fue Fermín Manso de Zúñiga un proyecto para la construcción de un puente de piedra, reemplazando al férreo: su diseño lo ciñe a siete arcos, con una rasante más elevada, el uso de pilares de forma cilíndrica y más separados entre sí: el motivo es permitir el paso de un mayor caudal de agua. Los restos del puente antiguo fueron derribados, excepto las pilas cuarta y sexta; se puede observar en tiempo de bajo caudal..
La obra se inició en 1882, a cargo de Ricardo Bellsola Bayo: construye el estribo y tres arcos, en el margen de Navarra. Sigue la construcción en 1883 Manso de Zúñiga, que remata los cuatro restantes. Se inaugura el 11 de junio de 1884, con su nuevo nombre "Puente de Piedra", coincidiendo con la festividad local de San Bernabé.
Posteriormente hubo varias reparaciones y ampliación. En 1917, se añadieron andenes de hormigón armado, volados a ambos lados para utilización peatonal.
Esta imagen es la actual. Un puente de muchas epopeyas, de gran vistosidad y elegancia. Lo atravesamos y nos adentramos en esta ciudad de buenos caldos vinículos. Iremos documentando. Hacemos constar a Begoña Arrúe Ugarte, José Gabriel Moya Valgañón. Las imágenes son de ellos, y alguna información nos la han facilitado.
Pedro de Lorenzo y Macías.