Milagros Domínguez García
Y mientras tanto, ¿qué?
Desde el 28 de abril del 2019, día que concurrimos los españoles a las elecciones generales, hasta el día de hoy han sido asesinadas varias mujeres. Víctimas todas ellas de la violencia machista a manos de aquellos que no entienden ni reconocen en sus parejas femeninas a seres en igualdad de condiciones y derechos, ejerciendo sobre ellas una de las peores de las violencias, ya que lo hace en nombre de un mal entendido amor.
Mientras esto sigue sucediendo a diario los "defensores" a ultranza de la igualdad, los representantes y casi inventores del feminismo, los portavoces y portavozas, los adalides del patriotismo, los otros y los de la moto están a sus cosas, a las cosas de aquellos que viven para la galería y su máxima preocupación es la de que sillón van a tener a su disposición durante cuatro años y cuáles serán los emolumentos que den pago a su trabajo.
En mi opinión todos están alejados de la realidad ya que, mientras esto sucede, durante estos meses de impasse no habrá posibilidad de trabajar en beneficio de la sociedad a la que se supone defienden y donde se llenan la boca hablando de extraordinarias cantidades de dinero que van a dedicar a la lucha contra la violencia y que más tarde comprobaremos que es malgastado mientras que los profesionales que han de dedicarse a defender a esas mujeres tienen los medios justos y no suficientes.
Mientras tanto nos machacan hablando de políticas feministas, sociedad feminista, leyes feministas y tontunas varias que no resuelven los problemas.
Atrás quedó el ocho de marzo donde la máxima fue amendentrar creando división y crispación entre las mujeres para conseguir un puñado de votos a los que ahora no dan respuesta.
¿Qué nos espera el próximo veinticinco de noviembre (día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer)? Quizá ya para entonces exista un gobierno, pero la experiencia me dice que una vez más nos convertirán en el centro de todas sus "políticas feministas" que no nos llevaran a ninguna parte, porque no devolverán las vidas perdidas hasta entonces y que a las mujeres que son maltratadas no les sirven de nada los eslóganes vacíos y sí necesitan medios y ayudas que, por desgracia, se invierten en sueldos que pagan la ineficacia y hasta me atrevería a decir la incompetencia.
Déjense ustedes de perder el tiempo y pónganse a trabajar o, al menos, inténtenlo porque lo cierto es que ese tiempo vale oro. Pregunten sino a cualquier víctima de la violencia cuál es su valor y qué rápido pasa cuando no hay posibilidad alguna de salir con vida de ese infierno.