José Antonio Gómez Novoa
Ventana indiscreta: Ellos
Fue en el acto de juramento como diputados, cuando desde vuestro escaño pronunciasteis las palabras: "Por España, sí juro" cuando alguien contempló atónito vuestra mano izquierda sobre la espalda cruzando el dedo mayor sobre el índice.
Poco a poco vais desgranando vuestros argumentos absurdos y barbaridades indignantes; "avalancha migratoria", "efecto llamada", "hay muchas mujeres que dicen que su cuerpo es suyo, pero lo que llevan dentro no es su cuerpo", "existen tantas denuncias falsas de violencia de género que los hombres pueden correr peligro", "a nuestros compañeros catalanes, sus hijos les preguntan si estamos en guerra", "hay que declarar el estado de excepción en Cataluña", "las trece rosas violaban, torturaban y asesinaban vilmente"...
Al escuchar estas afirmaciones, me pregunto cómo alguien puede refrendar en la urna su apoyo a ese partido, existiendo alternativas ideológicas cerca de su "espacio" más razonables. Y, sí me sorprendo cuando compruebo que gente "aparentemente sensata", simpatiza con sus planteamientos y aplauden a sus líderes digan lo que digan, y hagan lo que hagan (boicotear el minuto de silencio por una mujer asesinada; un cartel que invitaba a alancear musulmanes cual Cid Campeador).
Sí, siempre me he planteado dar la espalda y ocultar la problemática de que vaya calando el discurso de la extrema derecha, y por eso me he obligado a no escribir sobre ellos. Es lo que quieren, que le demos importancia, estar en las redes, siempre presentes. Hablar de ellos, posiblemente les da más beneficio que coste electoral.
Pero hoy, no me he resistido. El ínclito Ortega Smith, reitera sus palabras sobre las 13 rosas, a pesar de que el tribunal franquista que las juzgó, nada dice sobre tal afirmación, y ni tan siquiera se inventó los hechos en la sentencia (cuestión común en aquella época).
Sí, el día 10 de noviembre a pesar de los pesares, todos debemos ir a votar, por muchas razones: no todos los partidos representan lo mismo, porque debemos seguir comprometidos con la democracia, no dejar que otros elijan por nosotros, y sobre todo porque una decisión equivocada serviría para empeorar las cosas.