Milagros Domínguez García
Hoy latimos al unísono
En ocasiones nos sucede que la vida nos hace el más preciado de los regalos, que no es ni más ni menos que el conocimiento de la existencia de personas que, una vez llegan a ti, irremediablemente te haces una pregunta: ¿Como pude vivir hasta ahora sin tenerles cerca?
Nos rodean de afecto y ternura y ponen en nuestras manos de forma generosa y altruista su ser, mejorando nuestra existencia y calidad de vida, llegando incluso a hacernos mejores personas.
Pero en la vida, esa que tanto nos enseña, ha de existir la reciprocidad y surgen momentos en los que has de dar a quienes antes te dieron el apoyo que necesitan y, hoy en especial, quiero ser voz de quienes abrazan a una de esas personas que con su sola presencia hacen del mundo un lugar mejor. Un amigo que necesita hoy las manos de quienes antes sentimos su calidez humana y que a pesar de la distancia que nos separa queremos rodear con nuestros brazos, ser hombro donde el pueda apoyar su dolor y con nuestras manos secar todas sus lágrimas.
Espero nos sientas tan cerca como nosotros te sentimos, que nuestros pensamientos alcancen a reconfortarte y que puedas encontrar en nuestros corazones el refugio que te ayude a paliar la tristeza.
Hoy más que nunca decirte que te queremos y que somos uno, que tu dolor es el nuestro y que aquí estaremos para darte lo que necesites.