Jacobo Mesías
Me ha tocado la lotería, ¿y ahora qué?
El sorteo de navidad es algo realmente español. Está íntimamente ligado a nuestra cultura, hasta el punto de que es difícil encontrar a alguien que no juegue algún décimo o participación.
Sí, es cierto que en otros países hay sorteos similares por estas fechas, pero no es menos cierto que no tienen ni el volumen de premios, ni la repercusión del nuestro ¡Si es que hasta tenemos una "revancha" en reyes por si perdemos!
Lo cierto es que la cantidad de dinero en juego es sencillamente apabullante. Cada número se repite en 170 series; cada serie se divide en 10 décimos; y cada décimo del gordo de navidad está premiado con 400.000 euros. Multipliquen…
A esa cifra habría que añadirle todos los demás premios. En definitiva: como diría Mariano, "no es cosa menor".
En suma, los premios repartidos suelen superar holgadamente los dos mil millones de euros. De todo ese dinero, una parte importante se va a las arcas públicas. Hablo del impuesto que grava los premios de lotería.
Hasta hace un par de años, los premios de más de 2.500 euros estaban sometidos a este impuesto. No obstante, en el sorteo de estas navidades, solo tributarán los premios superiores a los 20.000 euros. Esto significa que, por ejemplo, un cuarto premio no paga impuestos.
Sobre esta cuestión suelen surgir ciertas dudas en relación a los premios compartidos, las participaciones, etc. Pues bien, la exención es de 20.000 euros por décimo de lotería y no por persona. Esto significa que, si tienes dos décimos de un cuarto premio, no pagarás impuestos. En cambio, si tienes un décimo agraciado con un premio superior, aunque sea compartido con otras personas, y a ti te toque una cantidad mucho menor a esos 20.000 euros, tendrás que pagar este impuesto por la parte que te corresponda.
Estos matices son especialmente importantes a la hora de cobrar un premio grande, ya que es posible que, a la hora de repartirlo, hacienda entienda que se está formalizando una donación, y por supuesto reclame el impuesto oportuno.
Conviene añadir que, para este nuevo año, el importe exento de impuestos pasa a ser de 40.000. Reseño esto porque en solo unos días tenemos el primer gran sorteo de 2020 (el sorteo del niño), así que solo pagarán impuestos el primer y segundo premio.
Por lo que respecta al porcentaje que se lleva el estado, no es ni mucho menos pequeño: un 20%. Ilustrándolo con un ejemplo, si el próximo lunes te toca un segundo premio (75.000 euros al décimo), cobrarás 40.000 euros libres de impuestos, y de los restantes 35.000 euros, hacienda se quedará 7.000 euros.
Tal como dijo en su día el expresidente Thomas Jefferson: "la lotería es algo maravilloso: es un impuesto que sólo recae en los que quieren pagarlo gustosamente."
¡Que razón tenía!