Milagros Domínguez García
¡¡2020 es nuestro año!!
Suenan ya los acordes de despedida para 2019 y a pocas horas para su final sigo sin hacer la lista de propósitos. Lo cierto es que en alguna ocasión me propuse hacer cambios que lo único que lograron fue frustarme, ya que o bien no fui capaz de llevarlos a cabo o la fortuna no me acompañó.
Soy además de las que cree que por salud mental no debo cargar mi mochila, ya pesada por si sola, con cuestiones que posiblemente no son una prioridad, o son inalcanzables y, por ello, prefiero rodearme de realidad, porque de esa forma me ahorro la decepción.
El día 1 de enero del 2020 me levantaré como cada mañana, buscaré un lugar donde desayunar y mi mayor deseo será el que llegue pronto el día 6 de enero para poder continuar con la vida sin luces de artificio y poder ya embalar el espumillón que mi hija va colgando por doquier y que me recuerda que ninguna época pasada fue mejor y que la actual no es del todo perfecta.
Me reconforta el pensar que alguna persona que me lea pueda verse reflejada y eso no me haga sentirme tan bicho raro, tan "Grinch". Quizá simplemente sea yo el resultado de la desmotivación y un día no muy lejano salga de mi ese espíritu navideño que me lleve a disfrutar de las luces y de esa sensación de euforia navideña.
A lo mejor el primer paso para ello sería proponérmelo y esforzarme para conseguirlo, aunque creo que de esa forma sería algo artificial y siempre es mejor la germinación espontánea.
Por ello me limitaré a esperar que esa semilla de paso a un brote para más tarde convertirse en una hermosa planta que dé unos dulces frutos. Quizá el próximo año por fin sea distinto a los anteriores y pueda reencontrarme con la niña que fui y sea yo quien encienda las luces a su alrededor y sea la que corone mi vida.
Por esa razón, por la esperanza y la ilusión que albergo en el fondo de mi corazón quiero desearos a todos un muy feliz 2020 y decir sin miedos ni complejos ¡¡Nuestro año!!