Milagros Domínguez García
Queridos Reyes Magos...
Este año quizá no fui todo lo buena persona que debía, pero tampoco me siento responsable única ya que en alguna ocasión no tuve oportunidad de reaccionar de otra forma y la única salida fue mostrar la cara menos amable que poseo. Muchas personas confunden bondad con estupidez, una sonrisa con un signo de debilidad, la mesura como muestra de ceguera y el silencio como aceptación.
No quiero aburriros con mis disquisiciones filosóficas y directamente os pediré aquello que creo puede mejorar mi vida, aunque he de decir que quizá lo que signifique bienestar para mi, repercuta negativamente en otros, pero lo cierto es que la vida nunca es sencilla ni mucho menos llueve siempre a gusto de todos.
No es mucho lo que necesito para vivir ya que a mi edad estar tranquila es ya de por si un logro, pero aunque sea poco considero indispensables algunas cosas.
Os pido respeto para poder pensar y hacer sin que nadie se entrometa en ello juzgándome y dándome lecciones que seguramente para si no tienen. Paz, porque para vivir en guerra es mejor no vivir, es agotador y además no soluciona nada formar parte de una continua contienda.
Fuerza para cada mañana levantarme y aunque haya días que me falten los motivos o las dificultades me sobrepasen, me ahoguen, pueda encontrar una razón por la que sonreir.
Tolerancia, porque hay días en los que sinceramente echo en falta una mayor capacidad para soportar algunas actitudes que consiguen sacarme de mis casillas restándome tranquilidad y produciendo en mi un malestar con el que se me hace difícil convivir.
Sordera para no escuchar a esas malas lenguas que sólo buscan crear conflictos, segar con su cortante filo todo aquello que no entienden, haciendo así de inquisidores que pretender imponer su más que ajada moralina sin reparar en los daños que causan y que no saben que "lo que Juan dice de Pedro, dice más de Juan que de Pedro"
Serenidad para adoptar las mejores decisiones buscando siempre preservar mi identidad y ocupando en ellas el primer orden ya que a veces somos nuestros peores enemigos y en ese afán de parecer dejamos de ser.
Paciencia, porque siempre es mejor tener que desear y porque es un gran baluarte a cultivar, pero también sabiduría para impedir que se vuelva infinita.
Ganas para seguir trabajando a favor de la igualdad, contra la violencia y, logros a ese respecto ya que hay muchas mujeres que precisan de esa luz al final del túnel donde sufren su vida.
Imaginación para encontrar siempre alternativas y ventanas abiertas para cuando se cierran las puertas.
Salud para continuar el viaje de este regalo llamado vida.
Amor, porque sin él no soy nada y con él soy la mejor versión de mi.
Por último, tener oportunidad de darle a los míos, a mi gente, los que siempre están a mi lado lo mejor que llevo dentro y, al resto devolverles en la misma proporción lo que "generosamente" me den a mi.
Sin más me despido de ustedes esperando con ansia su llegada y agradeciéndoles a sus Majestades que perpetúen la magia de la noche donde todos deseamos que los sueños se hagan realidad.