C.L. Fontán Ruiz
Coronabonos
Una extensión del apuro vivido en Asia, asola Europa como un caótico naufragio, anunciado y previsible. Y que el "salvase quien pueda". Bautiza la norma a seguir.
Y es sumamente español, el actuar cuando la amenaza ya ha entrado en casa y persistir en mirar hacia el otro lado. Pues en este país, bandidos, farsantes y charlatanes no son nuevos, los tenemos con hábito, traje y bastón de mando.
Pero en Europa las apariencias siempre han sido diferentes; hasta el punto que coyunturas como la que vivimos hoy, pongan en evidencia su ejemplar concepto y es que el egoísmo aflora cuando la generosidad se refugia.
A fin de cuentas, este es el problema. Las dichosas cuentas. Pues el excedente de problemas que nos implican; no se corresponde con la deuda que atesoramos.
Y con un cierto enfado asoma el enigma de financiar el gasto. Nueve naciones, piden la emisión de deuda común, con el mismo espíritu de eficiencia y solidaridad con el que se ejercen otras políticas comunitarias. Pero Berlín, La Haya y los nórdicos siguen resistiéndose a esta opinión y así demostramos que estamos tan cerca socialmente, como lejos económicamente.
Y cuando esta crisis tanto política como sanitaria que en estos tiempos nos ocupa; se cargue Europa. Espero que nos sirva, por fin. Para aprender lo irresponsables que hemos sido.
Carlos Luis Fontán Ruiz