José Antonio Gómez Novoa
Ventana indiscreta: Compartir y donar
Ana, 83 años, renta mínima de 480 euros, con sus pequeños y grandes problemas médicos. Pasa casi 24 horas acostada o sentada, en soledad, sólo a veces alterada por las telenovelas de la cadena que le dejó conectada su hija cuando vino a verla desde la emigración, o la radio que la acompaña el resto del día.
Mira el cielo desde su habitación con vistas, y espera los aplausos diarios para abrir la ventana y hacer sonar las palmas con todas sus fuerzas. Es final de mes y ya no cubre gastos. El matrimonio vecino que tiene tres hijos pequeños (confinados en casa desde hace 16 días), se ofrecen para comprarle lo que necesite. Ana susurra: "unas judías, pollo y pescado congelado" para las comidas. Ya os pagaré a principios de mes…
Asun trabaja en un hospital, aunque está en su segundo año de MIR (en el servicio de traumatología), la han pasado a primera línea del COVID-19. 25 horas de guardia intensísimas, 1 día y medio de descanso, que siempre se interrumpe por la baja de un compañero. Ayer se encontraba sin los medios de protección, sola, con un paciente que se asfixiaba, y con los nervios a flor de piel, procedió a entubarlo.
Nino, es fontanero autónomo, ha tenido que cerrar su empresa de tres personas. Su economía está en negativo, endeudado, pero se ha apuntado voluntario para la instalación del sistema de fontanería y climatización en un pabellón de depòrtes.
Carla hace arreglos en casa a particulares y tiendas. Su espalda y piernas protestan cada día después de más de 30 años de trabajo mal pagado. Desde el inicio del confinamiento, hace mascarillas durante 10 horas para repartir a quién lo necesite.
Igualmente, Manuel camarero jubilado, acude todos los días al comedor social, para distribuir a domicilio alimentos a las familias con pocos recursos, y reparte comida caliente para entregar individualmente. Atiende cada semana a 2.100 personas..
Orgullosos de nuestros héroes, que nos hacen comprender, cuál es la diferencia entre donar y compartir. Yo me siento agradecido con los que donan, y eternamente en deuda con los que comparten.