Manuel Pérez Lourido
Obituarios
Como no iba a ser de otro modo, las cifras de fallecidos por el virus que mantiene en jaque a casi todo el género humano sobre la faz de la tierra aumentan cada día.
Los muertos son solo números para quienes no son familiares y amigos, pero con frecuencia se asoman a la noticia nombres conocidos. Personajes populares, personas famosas, rostros que hemos visto por la televisión o de los que hemos oído hablar o que vagamente nos suenan o que hay alguien en casa que dice: "sí, hombre…".
Y en ocasiones el nombre o la foto, o las dos cosas, encienden en tu cabeza una vela, pues se trata de alguien a quien admirabas, o al menos alguien cuyo trabajo admirabas. Esta pasando eso en demasía estos días. En poco tiempo se han muerto Adam Schlesinger, bajista y líder de la banda Fountains of Wayne, Kenny Rogers, John Prine, Rafa Berrio, Bill Withers y Luis Eduardo Aute.
Schlesinger tenía tan solo 52 años. Había fundado el grupo junto a Chris Collingwood un compañero de colegio (la mayoría de las banda surgen entre compañeros de estudios, luego dicen que la escuela no sirve para mucho). Le pusieron el nombre de una tienda de utilensilios de jardinería de Wayne, New Jersey, siguiendo una sugerencia de la madre de Schlesinger, porque a esta gente el glamour como que les traía al pairo. Su primer éxito fue That thing you do, que se incluyó en la banda sonora de The wonders y se vendió como churros. Sin embargo sus discos siempre tuvieron dificultades para llegar a la gente, aunque la crítica los respetaba. Eso a la compañía de discos (la legendaria Atlantic) le importaba un pepino, porque eran legendarios pero tenían que pagar las facturas. Los echaron. Sacaron tres albumes más con sendos sellos y similar resultado. Los Fountains of Wayne eran unos cracks pero solo lo petaron con algún single. Tras una semana de hospitalización después de haber ingresado en estado crítico, Adam no superó la infección.
Kenny Rogers era un tipo que salía vestido de tahúr en la caratula de una cassette que me compraron en casa cuando era un chaval y ponían The gambler por la radio todos los días. Después vinieron otros discos y una devoción que los años y los cambios de gusto atemperaron, pero hay una cosa que se llama lealtad a las raíces y por eso he vuelto a escuchar a Rogers cuando me enteré de su muerte, a los ochenta y dos. Por causas naturales, decía la crónica. Es verdad: la muerte es tan natural como la vida, lo que pasa es que tiene peor prensa que esta.
John Prine. Uno comienza con el country y no es de extrañar que, ya talludito (tanto él como yo) , descubra a este crack y le toque la fibra. Poco conocido fuera de su Norteamérica natal, Prine es un autor de gran reputación en su país. Sus letras con frecuencias son pequeños relatos cargados de un humor y una ironía que no tienen nada que envidiar a la retranca gallega. Su legado incluye alguna que otra obra maestra.
Y qué decir de Rafa Berrio, el talentoso músico donostiarra derrotado por un cáncer de pulmón a los 56. Pegado a actualidad y hombre de amplia cultura, lo suyo era fabricar versos siempre a contracorriente. Compositor maldito o "de culto" como se dice más eufonicamente, sus letras destacaban por la calidad lírica y el compromiso.
Amaral, Loquillo, Tulsa, Jero Romero o Guille Mostaza fueron de los primeros en lamentar en las redes la pérdida. Se han quedado defendiendo el fuerte de la poesía en la música los Nacho Vegas, Josele Santiago o Fernando Alfaro. Tras los grupos UHF, Amor a traición y Deriva, Berrio había firmado con su nombre sus cuatro últimos albumes. Nos deja canciones tan hermosas como Mis ayeres muertos, Inanimados, La desgana o Simulacro.
Bill Withers será recordado por temas incontestables como Ain’t no sunshine o Lean on me. Su música que oscilaba entre el soul y el funk llevó a la fama en las décadas de los 70 y la mitad de los 80 a quien fue un niño tartamudo y objeto de burla de sus compañeros. La falta de recursos le llevó a alistarse en la marina para trabajar después en la industria aeronáutica. Dio sus primeros pasos en el mundillo musical sin mucho éxito y cuando este le sonrió estaba apuntado en las listas del paro.
Falleció a los 81 años, víctima de persistentes problemas cardíacos.
Luis Eduardo Aute es una figura bien conocida dentro del mundo cultural español. Multifacético: músico, cineasta, escultro, pintor y poeta; su primer éxito llegó en 1967 pero a través de Massiel, que grabó su Rosas en el mar. Tuvo con la música una relación ambivalente, pues renegaba de las servidumbres que le acompañaban y se encontraba más a gusto como pintor. Por suerte, no abandonó su práctica y su legado son temas de la altura de Al alba, Las cuatro y diez, Siento que te estoy perdiendo o Queda la música.
Aute falleció en un hospital madrileño sin que la familia tenga constancia de afección por coronavirus. Había sufrido un grave infarto en 2016 que lo mantuvo dos meses en coma.
Sirva este obituario colectivo como homenaje a estos y otros creadores cuyas obras ponen un poco más de luz en nuestro camino aunque solo sea porque nos ayudan a abrir los ojos.
algún single https://youtu.be/xbqPWPpLo88
obra maestra https://youtu.be/RfwGkplB_sY
The gambler https://youtu.be/7hx4gdlfamo
Simulacro https://youtu.be/s1zRtjZi1Bk
Ain’t no sunshine https://youtu.be/CICIOJqEb5c
Las cuatro y diez https://youtu.be/4w7mrt0Wjqo