Evaristo P. Estévez Vila
Macarras
Que la ciudadanía de España, incluso la que habita en aquellos territorios cuya identidad parezca en la actualidad más difusa, está teniendo en general un comportamiento ejemplar no debe dar lugar a debate alguno. Ciertamente en nuestro país hay que acudir al RD Ley y, sobre todo, a la amenaza de la sanción para que algo se cumpla más o menos a rajatabla, va en el ADN. Por el contrario, nos dicen que en China no hace falta ser disuasorio porque son más disciplinados "por naturaleza" y si desobedecen, pues pasan a formar parte de la naturaleza, pero en otro estado.
¿Todos están manteniendo una actitud ejemplar?. No, todos no. Hay un grupo de personas, bien remuneradas por lo general, que ante la ausencia de "faena" han optado por el teletrabajo y se han convertido en "macarras del régimen", auténticos especialistas en el ventilador y en esparcir una idea, una proclama, pero por regla general una descalificación cuando no un insulto, y tratar de convertirla, a fuerza de ser repetida, en verdad.
Dicho esto, el gobierno de turno trata, en la medida de sus posibilidades, sea del signo que sea, de hacer las cosas lo mejor posible porque a estas alturas hay que comenzar afirmando que ningún gobierno "de forma deliberada" ha realizado acciones que hayan provocado el incremento en la cifra de fallecidos o infectados. Y todos ellos llaman, cada uno en su ámbito, a remar en la misma dirección al menos mientras no seamos capaces de reconducir la situación sanitaria y nos enfrentemos a la otra, la económica.
Pero todo lo que les acabo de comentar no es enteramente cierto. Mientras los gobiernos con mayor o menor acierto, se lanzan a proclamar la necesidad de respaldos, apoyos, y sobre todo lo que ellos denominan "lealtad institucional" para actuar con el mayor consenso posible y transmitir a la sociedad la necesaria seguridad, su huestes se dedican a vomitar o escupir, según prefieran, ya sea en Twitter, Facebook, Instagram, etc… y a través de un plan absolutamente coordinado, toda suerte de improperios acerca de las políticas actuales, pasadas o futuras del rival político de turno. En definitiva, mientras en las ruedas de prensa se envía un mensaje de unidad, desde las cloacas del Estado y de las Comunidades Autónomas, y sus respectivas oposiciones, no ceja el empeño en atacar despiadadamente al rival. Sobre esto que les estoy contando, si alguno de ustedes cuenta entre sus amigos, conocidos, votados, o simplemente "followers" algún fontanero del régimen, sabrá de lo que hablo.