José Antonio López Rodríguez
Cuatro virreyes pontevedreses
La historia del imperio español fue tan larga en el tiempo que la lista de los Virreyes o Capitanes Generales de sus territorios esparcidos por los cinco continentes es interminable.
Uno de los más renombrados fue Bernardo de Gálvez, el héroe de Pensacola. Este malagueño cuyo retrato está en el Capitolio de los Estados Unidos, luchó contra los apaches en la frontera norte de Nueva España a mediados del 1700. Galveston en Texas le debe su nombre.
Muy recordado aún hoy, es uno de los Virreyes del Perú, el catalán Amat Junyent. El metro de Barcelona tiene una estación que lleva su nombre. Fue célebre por sus amores con "la Perricholi" sobre la que escribió Merimée.
Los hubo también "criollos" como Lope Díez de Armendáriz, creador de la Armada de Barlovento, o Juan de Acuña Bejarano al que el Rey Felipe V dio los títulos que hoy lleva su descendiente la política Cayetana Álvarez de Toledo.
Galicia, cuya aportación a los ejércitos españoles siempre fue importante en cantidad y calidad, fue la cuna de varios Virreyes. Cuatro de ellos fueron pontevedreses como nos recuerda el profesor Filgueira Valverde en Pontevedreses Universales.
Francisco Gil de Taboada nació en 1733 en Santa María de Soutolongo, en Lalín. Fue Virrey del Perú. Su casa natal, el Pazo de Des, que algunos dicen que proviene de su antiguo poseedor el romano Décimo, da nombre al río y a la comarca pontevedresa del Deza. Décimo Junio Bruto fue aquel general romano que cruzó el río del olvido, el río Limia, ante sus legionarios a los que después llamó por su nombre uno a uno desde la otra orilla para desmontar el mito.
García Sarmiento de Sotomayor nació en la parroquia de San Sebastián de Achas, en A Cañiza a finales del siglo XVI y fue Virrey de Nueva España y del Perú. Murió en Lima ciudad que guarda el recuerdo de su mandato.
José Antonio de Mendoza Caamaño, aunque nació en Segovia a mediados del siglo XVII, heredó los mayorazgos pontevedreses y fue Marqués de Villagarcía, Conde de Barrantes y Señor de Rubianes. Fue Virrey del Perú y en su viaje para tomar posesión le acompañaron los marinos Jorge Juan y Antonio de Ulloa que midieron la línea del ecuador y demostraron que la tierra se achata por los polos.
Por último, José Sarmiento de Valladares que nació en San Román de Saxamonde, Redondela. Fue Virrey de Nueva España y conde consorte de Moctezuma pues estuvo casado con la cuarta nieta del azteca Moctezuma. A él atribuyen algunos el Pazo de Padriñán también conocido como Pazo del Virrey.
Pasó a la historia porque al finalizar su mandato regresó a la península en la famosa Escuadra de la Plata que traía un ingente tesoro de Indias. Acababa de morir el último de los Austrias, el Rey Carlos II y las potencias europeas se disputaban el trono de España. En España se libraba la guerra de sucesión. Todos ansiaban aquel tesoro para financiar la guerra. Gracias al Virrey Valladares la flota no cayó en manos inglesas cuya armada asediaba Cádiz ni tampoco en manos del Rey de Francia. Con su autoridad y astucia consiguió que la flota se dirigiera a la bahía de Vigo y en la ensenada de San Simón descargó el tesoro que en cientos de carros se encaminó a la Corte del Rey Felipe V.
Después en la ría de Vigo tuvo lugar la batalla de Rande en la que los ingleses obtuvieron una pírrica victoria de la que siguen presumiendo. En Londres hay una céntrica calle que lo recuerda: Vigo Street.
La leyenda en torno al supuesto tesoro sumergido en Rande fue recogida incluso por Julio Verne en 20.000 leguas de viaje submarino.
El Nautilus y el Capitán Nemo… Julio Verne sentado en un calamar gigante adorna hace algún tiempo los jardines de Montero Ríos de Vigo y nos recuerda la efeméride frente a una de las rías bajas pontevedresas.
Foto cedida por C. Orozco
José Antonio López Rodríguez. Pontevedra.