Kabalcanty
Os pido perdón
Ha llegado un punto que necesito pedir perdón a mis hijos, a mis sobrinos, a los jóvenes de toda esa generación a la que hemos entregado las migajas, los añicos de un mundo que pretendíamos mejor y que no es más que una mala caricatura de un circo hueco sin atracciones. Quisimos legarles una vida más igualitaria, más habitable, más justa, pero ya se puede decir que hemos fracasado; cada uno en nuestra medida somos culpables.
Pido perdón por haber viciado el aire que respiráis a base de coches que nos colocaban en el escalafón social más prestigioso; fábricas nucleares que apagaron un futuro prometedor gaseando mierda; por cambiar las nevadas cima de las montañas en montoneras de botes de precocinados y envases de plástico tras el galardón de coronar por más veces los ochomiles y colgarnos en las redes sociales desbordados en sonrisas planas.
Pido clemencia por formaros en estudios superiores, como jamás conoció generación este país, para someteros a becarios menesterosos o emigrantes despistados sin asidero posible; por forzaros a que os preguntéis si el horizonte que veis es una superproducción de Hollywood o un trampantojo chapucero que sujetamos con clavos y una lucecita tras papel charol.
Pido perdón por educaros en el júbilo de un régimen político democrático, tras los años perdidos por la soga fascista del franquismo, sin saber ni advertiros que la democracia es la cara lavada del capitalismo; por haceros participes en la andadura progresista cayendo en esa trampa en la que todos los políticos son iguales sin aconsejaros que siempre es esencial separar el grano de la paja.
Pido la gracia de mi indulto por sembraros de internet la relación entre personas, por convenceros de que la tecnología es un dios y tras ella todo es menos importante.
Pido perdón por hacer inhabitable la vida a los animales y traeros pandemias de todos los colores y horrores; por comprar más armas que medicamentos y tener menos médicos que policías.
Pido vuestra indulgencia por no enseñaros a respetar a los viejos, por reír de la torpeza física de la edad y obviar la experiencia.
Os pido perdón por tanto ruido y tan pocas nueces.
Pido clemencia por menospreciar las letras y encauzaros por el camino mayoritario que nunca tiene que ser el mejor.
Pido perdón por mostraros al macho alfa como patrón y convertirlo en un subliminal reclamo publicitario; por no educaros a hablar con las mujeres como amigas.
Pido absolución por todas las religiones que os obligamos a profesar, por la fe que jamás tuvimos y os mentimos.
Pido compasión por hacer del sol un arma crematoria y borrar las estrellas de los cielos urbanitas.
Pido perdón por confundiros con nuestras frustraciones y castigaros con la locuacidad de nuestra intransigencia.
Pido clemencia por ocultaros el sufrimiento, por ayudaros a consumir como si fuese un antídoto.
Pido perdón por imponeros los bancos, los créditos, las hipotecas.
Pido clemencia por mostraros la eficacia de las drogas en la desesperación sin advertiros de la subordinación al infierno.
Pido perdón por insistiros con la verdad sin conocerla.
Pido vuestro indulto por hacer de los mares una cloaca y no quererlo ver.
Pido perdón por quemaros los bosques.
Perdón por recordaros vuestras obligaciones mientras recortamos vuestros derechos.
Pido perdón por obstruiros el futuro.
Perdón por haceros partir de un entrampado cero.
Os pido perdón por escribiros ahora.