José Antonio Gómez Novoa
Ventana indiscreta: La niña
Ser encantadora, es la especialidad de Xoana. Va a cumplir tres añitos, y habla con una profundidad que ya le gustaría a muchos de los que cada día intentan darnos lecciones sobre lenguaje comunicativo.
Pertenece a la generación de niños que ha pasado del continuo movimiento, del espacio compartido, de jugar y jugar, de interactuar con sus compañeros de guardería y amiguitos del parque a la vida en confinamiento con sus efectos secundarios, emocionales, físicos y psicológicos, minorados por sus padres que han estado a la altura, no sólo al explicarle con naturalidad lo que estaba sucediendo sino cambiando sus hábitos y adaptándose a una situación tan difícil.
Ayer pasó el día con nosotros. Disfruta estando con Uxía, que la colma de cariño, y ejerce con matrícula de honor el papel de abuela postiza. Ante mí, que le hago preguntas absurdas y gestos raros, se quiere acercar, pero al mismo tiempo se aleja. Una media sonrisa ante mi "humor desconcertante", y mirada de soslayo, como diciendo. ¿Éste de qué va?.
El gran momento de la tarde, llega cuando Xoana recoge todos los ositos y algunos trapitos que hay en casa, los coloca en fila, arropando uno a uno con todo el cariño del mundo. Y, con voz de profesora comprometida, les dice: "taparos bien que sino os contagiáis". No sabíamos si reír o llorar, pero ambos convenimos que hay muchas razones para escoger éste "momento", como memorable. Un mensaje tan profundo y significativo, que configura de la mejor manera posible, el escenario en el que vivimos.
En unos días dará inicio a una nueva etapa de su vida, con su incorporación a la escuela de "mayores", como ella dice. Suerte en la aventura del conocimiento, y ojalá, al igual que todos los niños de tú generación, podáis lograr cumplir casi todos vuestros sueños.