Roberto C. Agís Balboa
El león y el ratón
Érase un ratón que paseaba alegremente por el campo y pasó cerca de un león, el cual, al verlo, lo sujeto con sus garras y cuando iba a darse un festín con el pobre roedor, el ratón le dijo: "si me perdonas la vida, si algún día necesitas mi ayuda, la tendrás".
El león, todo engalanado con sus melenas al viento, su poder, resumiendo, el considerado puto amo, the boss, le produjo tanta risa esa respuesta del pobre ratón, que lo dejó libre. (Pensaría Don león: ¿qué ayuda le podría proporcionar un simple ratón que se los come con patatas a diario? Ninguna). ¡I am the fucking best of the world! ¡La selva first! pensaría el león.
Pero como todos sabemos, los avatares de la vida, llevaron al león a ser atrapado por la red de unos cazadores, de esos que no respectan la vida animal, hacen contrabando de animales, etc. Pues el ratón, ese minúsculo animal, que para el león era un mindundi, un Don nadie, mantuvo su palabra, y acudió en su ayuda como le había prometido.
El ratón con sus dientes afilados y su afán por roer, deshizo o se papó un trozo de red, y dejó libre al león.
El león le agradeció al ratón su ayuda, y aprendió que todos los seres son importantes, juegan un papel, tienen un sitio, ocupan un lugar, tienen una razón de ser, una función en este mundo, etc. Esto pasaba hasta que llego la raza humana al planeta…
Imaginemos ahora la vida diaria, y extrapolad la fábula, ¿que se os viene a la cabeza?, muchas cosas ¿verdad? Por ejemplo, en política, tenemos algunos leones y leonas en el gobierno (más de uno, quizá demasiados, y hasta peleando por el mismo territorio), así como otros en la oposición (más de lo mismo y hasta abanderados).
Todos con más o menos poder, se creen los manda más, los que mejor lo hacen, piensan, saben hacer, tienen razón… y como en la selva, a veces, abusan de su prepotencia, su posición en lo alto de la pirámide, y hasta se faltan al respecto, no solo a los ratones (ej. el pueblo llano), sino también entre leonidos.
Y sabemos que si, por ejemplo, dos machos alfa se pelean, menudas dentadas, menudos rujidos, las arman bien gordas, tanto que a las veces algunos leones "políticos" se quedan tan tocados que tienen que irse de la manada o corren peliegro de muerte y, la prensa, los medios, la ciudadanía, y hasta sus propios compañeros los ponen a caldo (no siempre con razón, pero, cuando toca, toca. That’s it!).
La excusa o explicación más común es que ponen en peligro a la manada, al grupo, o la vida de alguno de sus similares, o simplemente y más evidente, que no puede haber dos manda más... Xa entendedes.
Por lo tanto, aquellos que son o se consideran leones/as y van con esa actitud por la vida, es bueno, que se bajen de la parra, sean más humildes, y sepan que más tarde o más temprano, la vida (el tiempo my friend) pone a cada uno en su lugar.
Esos que ellos consideran ratones (ie, simples ciudadanos de a pie, congéneres más débiles, etc), los de abajo, los pobres diablos, esos precisamente son los que, en política, por ejemplo, les dan su fuerza, los encumbran en elecciones (la otra vía es que los leones formen familias resistentes entre ellos… como suele pasar).
Pero un día, esos simples mortales ratonianos pueden dejar de morder la red y dejadlos enjaulados, apartados, sin su poder leonido o sin su libertad.
Así, tanto el león como el ratón tienen un sitio, pero el respeto mutuo, la convivencia, el entendimiento… deberían primar siempre.
Sin embargo, asistimos a unos tiempos donde, al menos en política, los leones se pelean entre ellos, marcando territorio día a día, y las faltas de respeto son continuas, vergonzosas, penosas. Y los de arriba deberían gastar su tiempo en velar por la superviviencia de la manada y de mantener un orden, una coordinación, ver por el futuro de todos, y no solo de ellos mismos...continuará.