Jorge Gómez García
Pontevedra CF: grandes expectativas y alguna que otra duda
A falta de menos de una semana para que el balón eche a rodar oficialmente en Tercera División, el Pontevedra ofrece alguna duda. A principios de verano, el conjunto granate se presentaba como un claro favorito no sólo a ocupar una de las cuatro posiciones de play-off (un objetivo irrenunciable), sino a ser el campeón de la categoría. Los ascensos de tres de los 'gallitos', así como la profunda remodelación del Dépor B, dejaban al Pontevedra en una ocasión pintiparada para acometer el asalto a la primera plaza, que otorga una ventaja prácticamente definitiva a la hora de afrontar el ascenso. Además, al no haber descendido ningún gallego de 2ªB, la Tercera División contará este año con siete recién ascendidos, que por razones lógicas de presupuesto y adaptación, presumiblemente -aunque siempre hay sorpresas y este año el Boiro apunta a serlo- no deberían ser un verdadero incordio para el equipo de la capital. Por tanto, ante este contexto, nadie desde el club debe negar que lograr la primera plaza debe ser el objetivo prioritario del equipo este año.
Durante la pretemporada se han disputado muchos partidos contra rivales de poca entidad y se le ha dado la oportunidad a un gran número de futbolistas. Por tanto, lo lógico hubiese sido obtener victorias relativamente holgadas y ver a jugadores con ganas de ganarse un puesto en el primer equipo. Sin embargo, los resultados -sobre todo en la mayoría de los 'bolos'- han sido todo lo contrario. El equipo no ha logrado superar a rivales de inferior categoría -O Grove, Portonovo o Sanxenxo- y como comentan la gran mayoría de los que han seguido al detalle la pretemporada, muchos futbolistas no han ofrecido ni rendimiento ni ganas. Además, preocupa que el equipo sólo haya ofrecido buena cara contra rivales superiores, a los que le cedía la iniciativa -Dépor y Lugo- y haya fallado en situaciones como las que se encontrará a lo largo de la temporada: contrarios que le ceden la iniciativa y se dediquen a contraatacar.
Cierto es que en estas épocas, cualquier conclusión puede ser precipitada. Es momento de trabajar en lo físico, de hacer probaturas y de adquirir automatismos. Pero no conviene olvidar que el Pontevedra mantiene a buena parte del bloque de la pasada temporada -Pablo, Iago Vázquez, Caco, Adrián, Iago Paz, Emilio, Fandiño, Tubo, David Pérez, Richi o Santi Domínguez-, por lo que ahora no existe la excusa de que el grupo "se está conociendo". A favor de la plantilla hay que decir que la llegada de un entrenador nuevo siempre supone un cierto período de aclimatación para todos, sobre todo si éste tiene pensado plantear un estilo novedoso, una incógnita que todavía no ha quedado despejada.
En cuanto al tema de los fichajes, sorprende que, otro año más, desde el club hayan abierto a estas alturas la puerta de salida a todo aquel que no esté conforme. Es más, el staff técnico todavía continúa buscando jugadores para demarcaciones que, en teoría, ya están cubiertas. El hecho de seguir rastreando el mercado en busca de jugadores que aporten un salto cualitativo está bien, pero es inexplicable hacerlo para demarcaciones cubiertas por jugadores recientemente firmados. Por tanto, es evidente que algo falla. No podemos encontrarnos otro año más en las primeras fechas de Liga con bajas de jugadores que acaban de firmar por el equipo. La cosa tiene delito en cualquier equipo medianamente profesional, pero más aún en todo un Pontevedra que incluso se permite el lujo de contar con una persona encargada única y exclusivamente de los fichajes. El director deportivo, en consenso con el entrenador, debe dar en el clavo con las incorporaciones, al menos, a priori. Luego el rendimiento a lo largo de la temporada puede ser variable, ya que depende de muchos factores. Pero que exista la posibilidad real de que un jugador pueda abandonar a las primeras de cambio la entidad porque no convence al entrenador -tan sólo unas semanas después de haber fichado- demuestra que algo no se está haciendo bien.
Por otro lado, a día de hoy, y pese a que los resultados estivales no han sido del todo satisfactorios, la plantilla del Pontevedra tiene buena pinta. La tan predicada apuesta por la cantera finalmente no fue tal, como demuestran las no renovaciones de Javi Pazos, Pacheco o, en menor medida, Lorenzo, pero la mayoría de los jugadores importantes continúan. Tan sólo se han ido Lloves y Jacobo, y no por deseo del club. Sergio ha sido bien sustituido por Paco, un portero experto en la categoría y con buenas credenciales. Aportará seguridad. Jacobo, sin duda el mejor granate el pasado año, emigró hacia Santiago tentado por el salto de categoría. En principio, Diego Otero y Benja deberían ofrecer un buen rendimiento pero aún así, el club continúa buscando un jugador de características más similares a las del ex-Alondras. Va a ser un vacío difícil de llenar.
Por otra parte, los últimos fichajes procedentes de equipos de fuera de la Comunidad llaman poderosamente la atención. El proceso concursal impide los dispendios y, sin embargo, a estas alturas del mercado atraer a buenos futbolistas por menos dinero es más fácil, así que esperemos que las altas de Feito y Candela y los posibles futuribles -se habla de jugadores de la talla de Fali o Mateo, de equipos potentes en categorías superiores- no hipotequen más al club en lo económico. En principio, a nivel deportivo, sus llegadas son muy buenas noticias.
Por tanto, ante todo este contexto, no hay que ser alarmistas. La temporada aún no ha comenzado y las primeras sensaciones pueden quedarse luego en agua de borrajas. Las referencias sobre Nando son buenas y los nombres del equipo están lo suficientemente acreditados para lograr, de una vez por todas, colocar al Pontevedra donde, como mínimo por historia y afición, se merece. ¡Qué empiece el espectáculo!
21.08.2013