Evaristo P. Estévez Vila
Pablo Casado
La reacción del Presidente del Partido Popular a los nefastos resultados electorales de la formación en las recientemente celebradas elecciones autonómicas en Cataluña explica por si misma la causa de dichos resultados. Su reacción podría resultar mas comprensible si se produce "en caliente", al amparo de la debacle en plena noche electoral, pero se vuelve inexplicable si, como ha sucedido, se produce varias horas después y tras las pertinentes reuniones de los órganos competentes del partido, en definitiva tras haber dormido, haberse duchado y tomado un café.
Pablo Casado anunció que abandonan la sede de su Partido, que no debían seguir en un edificio cuya reforma se está investigando en los Tribunales. Desconozco sinceramente si existe algún pleito en la actualidad que cuestione la reforma de la sede del Partido Popular, si se trata de un problema estructural, de acabados, o simplemente de mobiliario, pero se equivoca Casado si cree que los ciudadanos a estas alturas son imbéciles. El procedimiento que en la actualidad enjuicia a quien fuera Tesorero del Partido Popular pone el objetivo, no sobre la reforma de la sede del principal partido de la oposición, sino sobre la financiación del propio partido, una parte de cuyos recursos aparentemente se destinó a sufragar los costes de la reforma de la sede. Pero la sede en sí de la calle Génova no es culpable de la debacle en Cataluña, ni de su propia deriva.
Pablo Casado afirmó que no responderá por los casos de corrupción, que la dirección de su partido no volverá a responder por quienes le precedieron. No es de recibo escuchar esta afirmación de un responsable de un partido político. Pablo Casado y los restantes representantes de su partido deberán comparecer las veces que sea preciso para dar respuesta a aquellos procedimientos judiciales que tengan por objeto el control jurisdiccional de la actividad del partido, salvo que asuman situarse en una posición procesal similar a la de los autoproclamados mártires del "proces". Toda profesión tiene sus servidumbres, y la de Presidente del Partido Popular conlleva dar cuenta de las actividades de su partido, hayan sido realizadas por ellos o por sus predecesores porque de las investigaciones se podrían derivar responsabilidades de distinta índole para el Partido.
Y para finalizar deslizó una perla que deja a uno perplejo: "las hipotecas en política no son hereditarias, no lo han sido para ningún otro partido y no lo serán para el nuestro". Si Casado en su corta trayectoria hubiera firmado una hipoteca sabría que siempre son hereditarias y si considera que para otros partidos no lo han sido, que se lo pregunten a Convergencia Democrática de Cataluña.
Y ahí radica el quid de la cuestión, si uno quiere sobrellevar las hipotecas lo mejor que puede hacer es estar al día sino puede cancelarlas, y esto es precisamente lo que tiene que hacer y ni lo está haciendo ni parece que lo vaya a hacer el Partido Popular, ponerse al día en sus hipotecas ir por delante en las investigaciones abriendo las puertas de par en par de su sede, y no escapar corriendo de ella.
Con todas estas parvadas, quizás el objetivo de Pablo Casado es que hablemos de sus desafortunadas declaraciones y no de sus lamentables resultados en Cataluña. El Partido Popular en Cataluña lleva años porfiando su futuro, y estando en el Gobierno el futuro de España, a utilizar al Poder Judicial para reconducir una situación que al margen de un componente criminal ya sentenciado, tiene un componente social y por ello político que han obviado y abandonado y esta es la consecuencia de sus resultados electorales y no el pasado de su sede ni siquiera su financiación.