Marisa Lozano Fuego
A todos los hijos, a todas las hijas
Ayer fue el día de la Madre. Ese día tierno, marcado de recuerdo y sangre de aquellas mujeres que nos dieron vida, sangre de parto y arduas contracciones, olor a biberón y leche, la primera palabra, la primera caída curada con un beso y el primer desengaño amoroso suavizado por un vaso de leche.
Sí, hola, ayer te celebramos, os celebramos por todos los desvelos, sacrificios, dulzura, por todo cuanto nos habéis entregado. Y sabéis que ahora toca nuestro turno. Devolveros lo que nos disteis.
Sabéis, 364 días es nuestro no cumpleaños y 364 es el día del Hijo, de la Hija, aquellos en los que con cada acción intentamos honrar vuestro legado. Cada consejo, cada regañina, cada lágrima..Cada error, cómo no, sois seres humanos, nunca esperamos un presente perfecto en este cóctel de amor y de caos, caos por la vida, por educar sin manual de instrucciones, a veces acompañadas y oltras muchas veces solas, sin otro apoyo más que vuestras dos manos y mucha fortaleza en las entrañas.
Hoy y mañana y siempre merecéis un homenaje, y nosotros merecemos que se reconozca el título de hijo, de hija. Sabéis, no es fácil. Nosotros tampoco venimos con manual de instrucciones. A veces desobedecemos vuestros consejos, tratamos de probar nuestro propio instinto e intuición, elegimos otros.
Nos destroza verdaderamente si no apoyáis nuestra elección de carrera, nuestra elección sexual, nuestra forma de vestir, nuestro ser…nos honra si aplaudís alguno denuestros logros. Nunca deja de importarnos vuestra opinión , Mamás, por mucho que nos hagamos mayores y por mucho que vosotros cumpláis años.Siempre os vemos bonitas, siempre sois bonitas, no tenéis arrugas ni peso, sois una especie de seres etéreos nacidos en esa cuna de los infantiles imposibles donde unos brazos eran necesarios para cobijarnos del mal.
Por favor, entended que como dijo nuestra gran Mafalda, “si es cuestión de títulos, tú eres mi madre y yo tu hija, y nos graduamos el mismo día´”.El gran Quino sabía de Psicología familiar mucho más de lo que nos podamos imaginar.
Perdonad si nos equivocamos, eh, os damos una noticia, ¿sabéis que tomar otro camino no siempre es equivocarnos? Nos habéis criado libres, no somos una prolongación vuestra como un brazo o una pierna. No somos comprables o canjeables o sustituibles. Cada hijo o hija es único e irrepetible, no puede clonarse, cambiar su Naturaleza o cambiar su ADN para ajustarse exactamente al vuestro. Otra cosa, si elegimos un camino “incorrecto” no es culpa vuestra. Hicisteis todo lo posible. Porque nos criasteis libres, debéis libraros de ese peso, a veces a nosotros también nos pesa, y el daño si es que lo sufrimos, es duplicado, porque sentimos no haber colmado vuestras expectativas…sobre todo si lo decís. No importa, siempre os diremos que lo hicisteis lo mejor posible, pero yo quiero deciros que nosotros también. Que todos somos hijos de alguien, ya todos nos ha mordido la nostalgia, la culpa, el terror o la ternura y hemos deseado vuestra mano.
Que también sabemos que necesitáis la nuestra, a veces la culpa inducida produce esa suerte de juegos triangulares pero por favor, deseamos dejar de sentirnos culpables.
No todo es culpa nuestra, madres, es que la vida está mal, la Economía fatal y a la hija de Zutanito le fue bien como nos podía haber ido a nosotros pero ya no podemos tener otra vez dieciocho y elegir otra carrera ni casarnos con ese chico tan majo que la verdad, papá, mamá, era un verdadero rollo. Y al canalla, pues le quería. Y pues, tampoco, al final mejor sola que llorando, que ya no tengo cinco años ni parné pa tantos pañuelos.
Y qué le vamos a hacer si no somos espejos, Mamás , Papás, necesitamos ser seres individuales, si, como esos globos de helio que venden en la herrería, siempre unidos a vosotros con un hilito, que nunca se rompe si volamos. ¿Os gusta la comparación?
Pues así. Nunca os soltamos. Pero también podemos ser otro globo, y volar juntos.
No os abandonamos por salir a la calle, buscar empleo o tener nuestro propio espacio, no dejaremos de cuidaros en vuestros momentos bajos y os cambiaremos los pañales como vosotros hicisteis con nosotros. Que no os quepa duda que igual que vuestras manos nos alimentaron las nuestras lo harán si es necesario, con el mismo cariño y amor.
Y en fin, que ya se me están acabando las palabras y las excusas, pero creo que ninguna de ambas hace falta sino el manido dicho de que madre no hay más que una, pues no es así, hay un montón en todo el mundo, y de todas las formas, colores, razas y edades, tiernas y feroces, bravas y suaves, como un montón de hijos rebeldes, díscolos, mansos, altos, bajos y que estamos deseando, Mamás, que nos queráis como somos igual que os prometemos desde el engranaje del alma que vuestra apuesta a fondo perdida no será perdida.
Porque igual que instinto de Madre, existe el instinto de Hijos.El mismo que no olvida jamás vuestro rostro cada vez que se acuesta o se levanta preguntándose mamás, si somos lo bastante dignos de merecer vuestro amor.¨Pensando que somos dignos de merecer el vuestro.Simplemente, querido Quino, qué bien explicado,” porque nos graduamos el mismo día”.