Manuel Pérez Lourido
Los ciegos y la foto
Es imposible. No se puede escribir una columna sobre Luna. Ya saben, la jovencísima cooperante de Cruz Roja cuyas fotos abrazada a un inmigrante subsahariano que intentaba entrar en la Península se han hecho virales días atrás. No es posible hablar del consuelo derramado con generosidad en la forma de un abrazo. Resulta que la muchacha comenzó a recibir miles de muestras de afecto en sus redes sociales, pero también mensajes llenos de odio. Hacia ella y hacia los inmigrantes subsaharianos. Mensajes sucios de mala baba que la acusaban, poco menos, de confraternizar con el enemigo.
Frases que retrataban a sus autores con los ropajes del racismo, la xenofobia, la intolerancia. Taras que hoy día han logrado asiento en el Congreso y en otras instituciones públicas.
Es imposible escribir sobre esto, elogiar a Luna, escupir sobre los miserables, sin que se te monte un 15 M en la cabeza. Véanlo en algunos de los calificativos esgrimidos anteriormente.
Y debe ser así. Hay que decir: basta ya. No se puede traficar con fruta podrida y pretender que es una opción culinaria más.
Supongo que no estaría escribiendo esto si no fuese por las arcadas provocadas por los comentarios de personas de la relevancia social de Cristina Seguí y Hermann Tertsch. Ambos militantes de Vox, la primera periodista en OK Diario y el segundo nada menos que europarlamentario por ese partido.
A través de twitter el comentario de la primera ha sido en este tono:
Pocas imágenes reflejan mejor la decadencia moral de esta gente y sus discursos buenistas. Oenegista abrazando a un ilegal tras pasar 4 min en las "gélidas" aguas mediterráneas, y él aprovechando la turgencia de sus senos...
Por su parte Tertsch la ha apoyado así: La víctima y la salvadora o el abusador y la idiota.
Toda una representación de Europa haciendo el gilipollas.
"Abusador". La ceguera y la indigencia moral hacen que un escuálido muchacho cuyo único horizonte es echarse al mar para intentar, si no muere en el intento, arrastrarse intentando lograr un nicho de supervivencia, sea calificado como "abusador".
Lo de la "periodista" Seguí se reduce a una mente sucia o, en el mejor y a la vez peor de los casos, un grosero intento de manipulación.
Se puede sostener una opinión, llamémosle peculiar, de las políticas de inmigración, del papel que juegan los Estados en la contención de la misma, del contexto sociopolítico en el que se produce el trasiego de vidas humanas que buscan un lugar en el mundo donde vivir decentemente. Pero lo que resulta inadmisible es que tus ideas sobre la realidad te lleven a retorcerla hasta que la interpretación que haces de la misma se convierta en una burda parodia del nazismo.