
Manuel Pérez Lourido
Detectives
No hay serie policiaca o detectivesca que no esté protagonizada por un policía o detective. Hasta aquí vamos bien, pero es que además no hay serie policiaca o detectivesca que no esté protagonizada por un policía o detective que no se salte las normas, sea un poco raro o incurra en la delincuencia.
Remóntemonos a los años 80, que es adónde regresamos siempre los de mi quinta, fatídicamente marcados por nuestra adolescencia. La cosa arrancó con un personaje como el teniente Colombo, chosco de un ojo, siempre embutido en una grasienta gabardina y masticando un puro. Kojak, el calvo, se pasaba las normas por el forro para atrapar criminales mientras chupeteaba chupa chups (que es lo que se suele hacer con ellos) y le decía a las señoras: "Who loves ya, baby?" (‘¿Quién te quiere, nena?’ ). Evidentemente, por aquel entonces el "Me too" era una utopía y el machismo rampante rompía las costuras. Y algunos de los detectives de las series eran un poco chuloputas, digamos la verdad. Piensen en Starsky y Hutch. Cannon no. Antes de fundar un imperio de fotocopiadoras y cámaras de fotos, el ex-policía Frank Cannon paseaba su oronda silueta por las pantallas desfaciendo entuertos. Banacek, protagonizado por el guaperas George Peppard, fue más famoso por estar incluido en aquella sevillana que Pepe da Rosa le dedicó a los detectives de la tele, que por ser un detective de la tele. Luego estaba la sensual Angie Dickinson, La mujer policía. La pobre tenía que hacerse pasar en sus misiones de incógnito por prostituta, chica de gángster o traficante, pero claro, había que hacerla trabajar el triple que a los hombres.
No se puede decir nada de Los Ángeles de Charlie que ustedes no sepan ya. Y otro tanto podríamos decir de Magnum, cuya versión doblada al gallego causó furor por estos lares. Teño morriña, teño saudade. Corrupción en Miami… ¡cuanto daño hizo a la moda masculina las pintas de Sonny Crockett!
Nos hemos desviado del asunto mollar: la facilidad con la que los guionistas de este tipo de series escogen para defender la ley a un protagonista que la vulnera sistematicamente. Como decíamos, esto ocurría casi siempre en las series clásicas, pero ultimamente es de obligado cumplimiento. Bosch, Marcella, Luther, los protas de The Sinner, Broadchurch, Bosque adentro y Atrapados, por ejemplo son además personajes que arrastran algún tipo de trauma, secreto o inquietante pasado. Todo para hacerlos sobresalir de entre el común de los mortales, porque no vas a poner al común de los mortales a resolver asesinatos y aún encima pretender que tengan éxito.