Milagros Domínguez García
Un pasado violento, un presente violento, un futuro incierto.
Una vez más llega la fecha del 25 de noviembre, "Día internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer", y una vez más me pregunto el por qué de que se siga sucediendo y que incluso tenga la sensación de que se ha recrudecido.
Me da miedo afirmar que poco se ha avanzado para lograr detenerla, pero veo a mi alrededor y no siento que esté equivocada, al punto que me estremece comprobar que esa descarnada violencia se da incluso en edades tempranas, cuestión altamente preocupante, ya que si esto es así entre adolescentes el futuro pinta muy mal.
De siempre he creído en la educación en valores con el respeto como pilar fundamental como medida preventiva ante sucesos que una vez que se dan sólo tienen "arreglo" con el código penal y esto ya ni siquiera arregla ni restaura ni soluciona nada, porque ya se dio y las cicatrices que deja son tan profundas como irreparables.
Negar su existencia es absurdo, argumentar para ello que las mujeres utilizan las denuncias falsas en contra de sus parejas sobre todo en casos de separación es ridículo, y lo es porque mal estamos si hemos de poner en duda que muchas la sufren de verdad.
Siento pesar por las víctimas, por ellas y por los niños sobre los que pesa una tragedia que los atormentará toda la vida, y es que me aterra que tengan que sufrir tantas atrocidades, y es imposible no sentir un profunda tristeza ya que es una injusticia tal tormento dentro del lugar donde deberían sentirse protegidos y queridos, sus hogares.
En alguna ocasión he intentado imaginar que tienen en la cabeza aquellos que bajan la mano sobre los que son su familia como verdugos que con fuerza castigan, mutilan, rompen y acaban con la vida de seres humanos que ruegan y suplican. Qué puede existir dentro de ellos, por qué sé sienten en el derecho de hacerlo, por qué menosprecian a la mujer considerándola la diana donde dejar su huella de golpes e insultos, por qué la odian, por qué creen que ellas se merecen eso, por qué las maltratan desposeyéndolas de su dignidad...
La cuestión es que entre ellos sólo existe un rasgo en común y es el odio. Intentan ser dueños de sus vidas y algunos han conseguido hacerlo asesinándolas, de esa forma se cercioran que no exista nada más que ellos y logran poseerlas eternamente.
Ojalá y un día encontremos la solución para que esto no suceda, ojalá un día podamos dejar de atormentarnos por ese sufrimiento que nos atañe como sociedad, ojalá nuestros hijos en el futuro puedan hablar de la violencia en pasado, ojalá hallemos la forma, ojalá.
Mi sentido recuerdo es para todas esas víctimas a las que asesinos despiadados les arrebataron sus vidas, y el lamento en lo más profundo de mi ser por no haber podido hacer nada por evitarlo.
Para las que pudieron sobrevivir mi deseo de que un día puedan sentir la paz que les robaron.
Para las que hoy están sometidas mi mano tendida siempre, mi esfuerzo en cada una de mis actividades para la erradicación de esta lacra y mi apoyo incondicional.