Jeannette Ramos Vega
27 días: Diciembre
No sabía si quedarme en noviembre o cruzar la puerta sabiendo que vivir mezclas de sentimientos es parte de ser y hacer. Me costó mucho decidirme. Un poco cansada, sin darme cuenta me quedé dormida. Una gota de lluvia cayó más fuerte que las otras y desperté...en diciembre.
Entonces pensé; hay cosas que nunca podremos evitar, cambiar o controlar. Aquí estoy en el último mes del año pensando en todos los finales posibles. Cuando era niña, en diciembre los zapatos nuevos eran felices solo por ser nuevos. El vestido rojo intenso parecía ser parte de la tradición.
A diciembre le debo la felicidad de estar feliz porque todo acaba. Diciembre me recuerda todo lo que no tengo, lo que se fue, la necesidad de amar y ser amada, de reconstruir sin huir, me da valor para pensar en metas y sentirme capaz. Me libera el espíritu para ser más diosa en mi mundo, mi espacio brujo se engalana con luces y pinos de color verde esperanza. La gota de lluvia es más fría y definida, llega para bañarme al ritmo de bomba y plena en el corazón de mi hogar y me siento viva, nos tomamos una copa de vino juntas hasta embriagarnos esperando por algunos regalos. Y si nada llega, nos consolamos bailando. Aquí consumimos lo que queda del cigarro para despedir el año. Hasta que no quede más humo en los pulmones y podamos tomar un nuevo suspiro que nos haga sentir que todo cambiará para bien.
Somos costumbres. La familia decide llamarse y juntarse. Los amigos se sienten importantes. Los romances sellan compromisos mientras los cantantes cantan acompañados de la percusión y del güiro. Somos comida para el que tiene hambre. La fantasía cumplida de algunos niños, la pregunta sin responder de los que no reciben nada. En alguna parte de este mes está brillando la esperanza. Si la muerte te vino a ver, de seguro para ti diciembre es y no es. Le falta algo, alguien. La vida quiere decir que todo pasa si hay fe y confianza. Los que partieron celebran la vida en un cielo que entiende lo que ni tú ni yo somos capaces de entender.
Diciembre razona a medias porque es sentimental. Hemos bailado juntas, nos hemos conocido alegres y llorosas. El último mes me hace peinados de fin de año para que me vea bonita cuando nos demos besos por primera o última vez. Estos treinta y un días tienen mucho que decir. Van contando las historias de doce meses que aunque tú no quieras, llegan a su fin.