Milagros Domínguez García
Yolanda Díaz, una atípica mujer
En la recta final del año y con un alarmante repunte de contagios del Covid 19 nos vemos sometidos a la vorágine de los festivos y las festividades rodeados de un despropósito más alarmante que el mismísimo virus por parte de aquellos que, como diría mi abuela, mandan porque tienen la sarten por el mango. Leyendo las noticias que van surgiendo, siento además que esa sartén la usan como arma que aplasta el sentido común y la coherencia, pero amigos, esto es España y ¡no pasa nada!
Mientras la actual Vicepresidenta Segunda del Gobierno y Ministra de Trabajo la Sra. Yolanda Díaz declara haber sido conocedora ella y el ejecutivo del que ya era parte en febrero del 2020 del peligro que se cernía sobre nuestras cabezas, que segó miles de vidas y que nos llevó a estar confinados y a muchos arruinados, nosotros los ciudadanos no montamos en cólera y exigimos que nos traten como adultos y no menosprecien nuestra inteligencia, amén de cómo mínimo dar explicaciones al respecto.
Yolanda Díaz se autodeclara atípica mujer progresista y quizá sea cierto, porque probablemente otra mujer con más ética días antes del 8 de marzo de ese horrible año 2020 y siendo consciente de la que se nos venía encima no habría protagonizado unas declaraciones donde afirmaba que no pasaba nada y que no había que ser alarmista.
Lo que está sucediendo es gravísimo, tanto que admitimos mentiras y medias verdades que son pronunciadas sin rubor y lejos de escandalizarnos nos sumimos en un silencio digno de un velorio donde el difunto podría ser la institución que tanto costó conseguir a los españoles tras la dictadura y que hoy agoniza a manos de insolventes que arrasan sin criterio lo que nos mantenía en pie y unidos.
Yolanda Díaz ha mostrado sin tapujos de que va este juego, que bien podría dar título a un culebrón de sobre mesa, pero para nuestra desgracia, no somos ni siquiera actores secundarios para ellos, solo el relleno que necesitan para llevar a cabo su plan, seguir y perpetuarse en el poder, aunque para ello penda de un hilo nuestro bienestar, que por cierto, les da igual.
Viéndola además cómo después culpabiliza al resto de crear polémica sobre sus palabras, me hace pensar que esta Sra. no se siente responsable de nada y sinceramente me preocupa todavía más, porque no sólo se trata de una economía hundida, ni unos índices de paro altísimos, es que las muertes que se sucedieron para ella no son más que números. Y no digo yo que sabiéndolo un mes antes se podrían haber evitado, digo que era su obligación hacernos partícipes del peligro o por lo menos no haber mentido con un no pasa nada, porque sí estaba pasando, porque sí pasó.
La que se postula abiertamente para ser una futura presidenta de España nos ha mentido deliberadamente y es que después siempre quedará aquello de que cuando lo dijo aún no lo era, y parafraseando a Mecano podríamos decir eso de: "...Y nosotros los españolitos..." Nosotros los españolitos, qué?
Es incorrecto e inmoral tratar de escapar de las consecuencias de los actos propios. (Mahatma Gandhi)