Tribuna Viva
Gus no se merecía este final
Hola, gracias por estar leyendo mi historia. Me llamo Gus, ese es el nombre que me eligieron mis cuidadores de la Protectora de Animales “Os Palleiros” y que posteriormente mantuvo MI FAMILIA.
Mi vida no ha sido fácil, fui abandonado en un camping con menos de 1 año, en ese momento pensé que se habían olvidado de mí y que volverían a buscarme, pero finalmente no fue así, nadie volvió a por mí. A los pocos meses en la protectora enfermé de Parvovirosis, una familia provisional de acogida quiso ayudar a recuperarme de la enfermedad. Esta sí acabaría siendo MI FAMILIA, desde el primer día me sentí parte de ellos y he sido feliz, muy feliz.
Han sido 10 maravillosos años a su lado que tocaron a su fin el pasado 1 de enero del 2022. Durante estos dos últimos años estuvimos viviendo en una casa en la Parroquia de Viascón, en la que me encariñé de casi todos los vecinos y ellos se encariñaron conmigo.
Llegaron las fiestas de Navidad... esas temidas fiestas con los estruendos provocados por los fuegos lanzados por los vecinos más próximos a mi hogar, es algo que con la edad he ido llevando peor... El 24 de diciembre fue un día muy difícil para mí. Mi familia, al ver mi estado de ansiedad y desesperación, expusieron a los vecinos mi problema para que comprendieran la situación de cara a la celebración del día 31 de diciembre. Llegado ese día, parece que los petardos, fuegos y bengalas eran inevitables para su diversión, hasta tal punto de que varios fuegos acabaron en el terreno de nuestra casa, con tan mala suerte que uno de ellos calló próximo a donde yo me encontraba... esto provocó que mi corazón se acelerase de tal manera que, a pesar de que mi familia y veterinarios intentaron todo cuanto estuvo en su mano para calmarme, nada consiguió ayudarme y mi corazón esta vez no lo resistió.
No recuerdo nada más, solo espero que mi familia no se esté sintiendo ahora mismo como me sentí yo cuando me abandonaron. Me gustaría haberme podido despedir de ellos y explicarles que nada de esto fue por su culpa.
Tras su pérdida, nosotros, SU FAMILIA, estamos muy dolidos y dándole vueltas a ver en qué le hemos fallado y qué podríamos haber hecho distinto para evitar que Gus no hubiera muerto aterrorizado. Sinceramente creemos importante fijar unas normas de convivencia para todo el vecindario, poniendo avisos antes de hacer más daño a los indefensos animales.
Ya no hay nada que podamos hacer por Gus, pero estamos seguros de que a él no le gustaría buscar culpables, pero si le gustaría que su muerte no fuese de gratis y nos ayude a reflexionar y poner límite a los fuegos y petardos para respetar a nuestros seres queridos.