Jorge Gómez García
SD Teucro y el resurgir del deporte pontevedrés
¿Quién no se acuerda cuando coincidieron en la élite el Teucro y el Leis hace unos años? Eran unos tiempos en los que el Pontevedra estaba considerado uno de los gallitos de la Segunda B y a él se unían dando guerra otras entidades históricas en la ciudad como el Celso Míguez o el Arxil. Un contexto que dista mucho del que vive actualmente la ciudad del Lérez.
El pasado miércoles, en medio de la depresión en la que se encuentra sumido el deporte pontevedrés, reapareció en la escena nacional el Teucro, con una victoria sobre todo un Cuatro Rayas Balonmano Valladolid. Un triunfo que más allá de significar el pase en Copa del Rey, sirve como luz de esperanza dentro de un largo túnel. Una victoria que debe reenganchar a la ciudad lerezana, siempre amante del deporte aunque hastiada de fracasos, al balonmano.
Lo cierto es que si hace un lustro el Teucro comenzó su particular via crucis, desde el año pasado los azules han vuelto a ilusionar al Pabellón Municipal. Con un equipo hecho sin dinero a base de cantera Moreira, Chapela o Álex y Carlos Pombo- y jugadores jóvenes, los teucristas lograron clasificarse contra todo pronóstico para el play-off de ascenso a Asobal. Si bien se regresó del País Vasco sin un hueco en la máxima categoría del balonmano español, las sensaciones de la temporada fueron más que positivas. El resurgir del año anterior, unido al buen inicio de temporada y a la hazaña de la Copa del Rey, debe servir para que la afición se vuelva a volcar con el Teucro como antaño.
El camino a seguir debe ser el partido del miércoles. Porque más allá de la victoria, está el cómo. Los 800 espectadores que asistieron al Municipal llevaron en volandas a los guerreros azules, que lograron sacar adelante el partido ante un equipo de Asobal cuando la derrota ya parecía cantada. Desde luego, para un residente en Valladolid no hubo mayor orgullo que poder presumir de que el equipo de su ciudad, un humilde aunque otrora asiduo en la élite, derrotó a uno de los históricos del país. Porque aunque el Cuatro Rayas ya no es el que era y tiene en la liga regular su objetivo prioritario, tampoco fue de vacaciones a Pontevedra.
Por ello, para que todos nos podamos volver a sentir orgullosos del deporte pontevedrés, debemos apoyar a nuestros equipos. En ocasiones es difícil. En muchos clubes las cosas se hicieron mal antaño y esa hipoteca se está pagando ahora. Incluso en algunas entidades sobra decir nombres- parece que la anarquía y el descontrol van para lago. Sin embargo, toda afición que pretenda considerarse buena y la de Pontevedra está comprobado que lo es- debe estar cuando vienen mal dadas, y a poco que los resultados deportivos comiencen a acompañar, debe animar al máximo. Todo sea por volver a los viejos tiempos.