Pedro De Lorenzo y Macías
¡Emergen las tradiciones de nuestros pueblos: Festividad y honra a sus advocaciones!
¡Ya se fue el festejo! Queda en nuestros recuerdos. Hemos pasados unos años, azotados por el bichejo chinés. No se pudo reunirse para celebrar su patrono, sus advocaciones.
Poco a poco, la Iglesia de San Juan de Poio, sita en la Plaza del Convento (no del Concello) se fue llenando de fieles. ¡Honraban a su patrón: San Juan!
Observamos varias imágenes de sus advocaciones. Saldrían, luego, todas en procesión.
La Eucaristía, celebrada por Mercedarios y el Párroco de San Salvador, fue uniendo en hermandad a todos los asistentes.
¡Ojeamos! Estaban ausentes las máximas autoridades del Concello. Es fiesta de todos: creyentes y no creyentes. La puerta estaba abierta a toda persona, respetando las distintas creencias.
Amenizó este acto religioso la Coral de Poio, dirigida por Sofía Taboada, que lleva 22 años dirigiendo a este magnífico grupo de canto.
Muy bien conjuntadas sus voces, llenas de armonía, fueron desterrando, de nuestras mentes, las tristezas, penalidades de estos últimos años. ¡Brillante y gran coral!
¡San Juan! El precursor de Jesús. Concebía el agua como regeneración de nuestras conductas. ¡Sí! El agua, conceptuada filosóficamente por casi todas las culturas; fue y es necesaria para la vida, para el desarrollo de todas las civilizaciones.
Nuestros pueblos de etnia Celtas y los filósofos griegos, de la etapa cosmológica, la consideraban como principio vital.
San Juan la consideraba cómo una liberación de la esclavitud del hombre, apresado por los caprichos terrenales. Con su bautismo, rompía las cadenas y los hombres se preocupaban más de los bienes del espíritu que de los materiales.
¡No olvidamos a Santa Trahamunda! Se festeja al día siguiente, siguiendo la tradición y su leyenda. Os dejo esta referencia.
Cita del Padre Sarmiento en su glosario Voces de la Lengua Gallega: "En un lugar de San Martiño, cerca de Poio, hubo un convento antiquísimo de monjas; quedan vestigios de que hubo una capilla dedicada a dicho santo. En donde se supone vivió como abadesa o monja santa Trahamunda".
Se inicia la procesión: encaminan el Claustro de las Procesiones, saliendo por la puerta principal del Convento Mercedario, recorren toda la plaza, propiedad del Monasterio y no del Concello, que está al servicio de todos.
Encabeza esta tradición La Virgen de La Merced, copatrona del Concello; sigue San Martiño, lleno de alegría; le acompaña sus gaiteiros, llevando un paso de festividad. También San Roquiño y otros. Pasean a San Fructuoso. Según la tradición él o uno de sus discípulos fundó este cenobio; lo data en el siglo VII. Puede que estemos disfrutando de uno de los monasterios más antiguos de la Península. Puede rivalizar el Monasterio de Samos, ya que hay referencia que Alfonso II El Casto estudió en ese bucólico lugar. (Siglo IX).
Ya al final, llevan en sus hombros a Santa Trahamunda; San Juan cierra la procesión, acompañado de la Comunidad Mercedaria, algunos miembros del concello y del honroso pueblo.
Todos tenemos distintas creencias y una visión particular del entorno donde vivimos. ¡Hemos convivido con personas de distintas religiones, etnias, de variedad filosófica! Nos invitaban a su culto; asistíamos con respeto. Los mandatarios representan a todo el colectivo. Su falta de interés por las distintas creencias, los dejan en evidencia.
Unas imágenes son claras luces más que las palabras; vemos el inicio y cómo van paseando a sus advocaciones.
Cierran esta tradición, nuestro patrón San Juan, acompañado por la Comunidad Mercedarias, y muchos fieles. Fueron acompañados por la banda de música del Concello. Estuvieron presentes algunos concejales.
¡A todos, feliz verano! El Sol, representado en el fuego de las hogueras, nos encamine hacia la concordia, hacia el respeto. ¡Felices Fiestas!
Pedro de Lorenzo y Macías.
Fotografías: © Sofía Lorenzo Gómez y Concello de Poio.