Jorge Gómez García
Buenas ofertas para que Pontevedra sea 'cinecittá'
Por fin es oficial. Los cines de Vialia reabren sus puertas hoy sábado 21 de diciembre. Es, sin duda, una gran noticia para toda la ciudad, que deja de poseer el dudoso honor de ser la única capital de provincia española sin cines.
El cine es una de las formas más cómodas de consumir cultura, algo fundamental en cualquier sociedad que se precie. Por ello, resulta imprescindible la presencia de salas en núcleos urbanos de cierto tamaño. Y Pontevedra, lo es. La falta de una oferta cinematográfica en la ciudad era inadmisible.
Pero, por fortuna, esta situación termina. Las instalaciones de Vialia vuelven a ponerse en funcionamiento. Y lo hacen, además, con una remodelación de altura en la que, quizá, para poner la guinda, haya faltado la instalación de una sala accesible para personas sordas y ciegas una tecnología que ya está en funcionamiento en ciudades como Madrid, Pamplona o Valladolid-.
Ahora bien, si la gran pantalla quiere tener futuro en la ciudad del Lérez, no debe repetir los errores que la condenaron antaño Pontevedra pasó en pocos años de seis cines a cero-. Los precios de Cinexpo deben ser llamativos. Personalmente, los 7,20 euros de entrada general me resultan excesivamente caros. Bien es cierto que en la elección de esta cantidad influyen diferentes factores, como la subida del IVA cultural, que ha dado un golpe casi definitivo a la industria cinematográfica. Pero también es verdad que tal coste no favorece, ni mucho menos, la afluencia de espectadores. Lo que es evidente es que, hoy en día, con precios entre 7,20 y 6,20, no se puede conseguir una media de 17.000 espectadores en una ciudad como Pontevedra, por mucho que, como aseguró el socio copropietario de las instalaciones, Severino Pato, "históricamente se superaban los 20.000".
Por ello, iniciativas como la tarjeta gratuita 'Fidelize', que proporcionará descuentos, deben ser constantes y variadas en pos de promocionar la asistencia a las salas. La afluencia de espectadores crece si el precio es menor, como se demostró el pasado octubre durante los tres días de la Fiesta del Cine en la que el número de entradas vendidas se incrementó más de un 600% en toda España-. Vale más vender 1.000 entradas a cuatro euros que vender 500 a siete.
Sólo así, con ofertas económicas adaptadas a todos los bolsillos, se conseguirá que el complejo de Vialia vuelva a registrar las colas de antaño. Algo que, no olvidemos, podría favorecer la puesta en marcha de nuevos negocios en un espacio que, actualmente, presenta un aspecto un tanto vacío y apesadumbrado.
PD: No estaría nada mal que los nueve empleados que entran a formar parte de Cinexpo formen parte del grupo de 15 que trabajaban en los anteriores Cinebox. Nadie mejor que ellos para ser la cara del nuevo y esperemos que duradero- proyecto cinematográfico de la ciudad.