Carlos Regojo Solla
Nuevos tiempos
Marzo finaliza rematando sus días escolares con los resultados de la segunda evaluación en Educación Primaria abriendo paso al último trimestre del curso escolar, normalmente largo (según haya caído la Semana Santa) y de mucho trabajo en los centros educativos. Junio se acerca y el programa aprieta siendo su cumplimiento inalcanzable a veces; o has hecho maravillas, cosa excepcional; o has pasado temas más a la ligera "planificando" en mente un refuerzo el curso próximo, añadiendo ya alguna tarea estival; o te has quedado corto por culpa de un seguimiento estricto poco aconsejable a mi modo de ver.
Todo ello ocurrirá si te has ceñido como una lapa a un texto editorial y a una programación temporal cuyos temas te ahogarán a no ser el caso que hayas atrevido a sacar de tu aula el clásico encerado mural, la pizarra verde de siempre y la hayas llevado a los contenedores de la calle colocando en su lugar una pizarra digital desde donde hagas visible un trabajo distinto de búsqueda.
Es, pues, este último, un trimestre de fuerte trabajo para todos en los Centros educativos en los que se desea acabar el curso escolar y encarar tras el proceso de descanso veraniego, un nuevo curso en el septiembre venidero.
Prácticamente la evaluación final está hecha. Las expectativas, planteadas en las junta de evaluación final, van a corroborar lo que han determinado la evaluación de diciembre y la de marzo. El boletín de notas está casi pergeñado para ser entregado en junio.
Pero ya nada es lo mismo. Aunque este haya sido un curso como cualquier otro acontecido antes de la pandemia
Creo que los boletines de notas, en los que se posicionan los resultados de las evaluaciones, como reflejo, sobre todo del seguimiento minucioso de la evaluación continua de los alumnos/as de educación primaria, (y en el resto del proceso educativo de un chico/a, antes y, sobre todo, después de la primaria), deberá ser analizado considerar puntos nuevos.
Tanto las materias troncales, como las específicas o las de índole autonómica, tocadas todas ellas por la transversalidad, deben ser trabajadas sobre un proyecto nuevo lo que implica romper todas las programaciones y construir un nuevo modelo de trabajo que parta del fortísimo ejemplo que están dando niños/as y madres/padres en estos momentos recièn salidos de la reclusión desde la cual supimos que nuestro poder de adaptación es en verdad tremendo.
A ellos, padres y niños/as cargados de vida y alboroto, intuitivos y veraces, la mejor de las calificaciones y un aplauso entusiasta y profundamente sentido.