Lucía Lourido
Dieta sana
¿Y si pudiéramos decir de una determinada alimentación que además de ser sana literalmente "SANA"? Claro que todo el mundo sabe que influye en gran medida pero ¡de ahí a curar o evitar una enfermedad! "Si tiene que surgir esa enfermedad va a surgir igual, independientemente de la alimentación, por mucho que esta influya", solemos pensar. Pues bien
-Ya dos años antes de que yo naciera, en el 1984, el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos anunció que un 35% de los tumores tenían su origen o estaban relacionados con factores alimentarios (otro 30% tenían como origen el tabaco).
--En el informe elaborado por el Fondo Internacional para la investigación del cáncer (compuesta por entidades benéficas de varios países, cada una de ellas financiada por donaciones particulares y con independencia de los gobiernos) junto con el Instituto Americano para la investigación del cáncer, presenta la vinculación entre alimentación, estilo de vida y enfermedades en un informe de 650 páginas elaborado por un equipo internacional de 15 científicos de nueve países, apoyados por más de 100 críticos, que evaluaron más de 4.000 estudios sobre la dieta y el cáncer
(http://www.paho.org/hq/index.php?option=com_docman&task=doc_view&gid=13330&Itemid=)
-En el capítulo 9 de la Guía también online de alimentación del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas se confirma que "Dietas ricas en carnes y grasas, algunas vitaminas y micronutrientes han obtenido, después de muchos estudios, calificaciones de promotores o protectores del cáncer, respectivamente" y avalan la importancia de los alimentos, la nutrición, la actividad física y la composición corporal para las personas con cáncer.
-La Harvard School of Public Health por su parte, presenta una guía de alimentación en la que se destaca la nutrición como factor para reducir el riesgo de cáncer, argumentando que no habían sido influidos por lobbies de la industria alimentaria, y declarando que grandes cantidades de productos lácteos pueden incrementar el riesgo de cáncer de próstata y de ovarios.
-En la red de la American Cancer Society, asociación de supervivientes de cáncer, se reconoce que numerosos estudios llevados a cabo en los mejores hospitales de tratamiento del cáncer, han mostrado que algunas células cancerígenas crecen más rápido en soluciones ácidas, y que algunos alimentos "obligan" a las células cancerosas a morir. También se puede leer experiencias de supervivientes que han probado la dieta alcalina.
Pero ¿por qué es tan importante la alimentación?
El doctor y Premio Nobel Otto Warburg, descubre la causa primaria del cáncer que, explicada de forma ultrasencilla, viene siendo lo siguiente: Las células sanas viven en un ambiente alcalino y con oxígeno. Las cancerosas, en el ambiente opuesto: ácido y sin oxígeno.
¿Qué hay que hacer entonces? Alcalinizar la sangre y bajar el grado de acidez. ¿Y cómo se hace esto? Mediante lo que comemos. Si ingerimos alimentos que alcalinizan, y por tanto rebajan la acidez, estaremos favoreciendo un entorno saludable para nuestras células. Si por el contrario llenamos nuestro organismo de ácidos, y además llevamos una vida sedentaria, no practicamos ejercicio (no oxigenamos nuestras células sanas) estaremos creando el ambiente ideal para que se desarrollen las células cancerosas.
Más simple todavía: Si tienes la casa llena de basura y no abres nunca las ventanas ni limpias, te salen arañas. Un ambiente sucio facilita la proliferación de bichos. Y lo mismo sucede con nuestro cuerpo.
Del mismo modo que las células tumorales no pueden vivir en un ambiente alcalino y oxigenado, si las células sanas que se alimentan de oxígeno se encuentran sin él, tienen que transformarse y buscar otra fuente de alimentación, ácido y glucosa, de forma que se ven obligadas a mutar. Es un mecanismo de defensa para sobrevivir. Como la fiebre: para frenar a determinados microorganismos invasores, la temperatura corporal se eleva.
Sí aún así no ha quedado claro (disculpadme si no soy científica, sólo intento exponer lo que he aprendido de forma sencilla y comprensible, pero correcta) lo explica estupendamente el doctor Alberto M. Bosch, en una entrevista demasiado interesante: http://www.espaciodepurativo.com.ar/dicen_medios/comprender_enfermedades.php
Otra entrevista que no tiene desperdicio, la del doctor Leonard Coldwell, que podemos encontrar en un blog curiosamente titulado "Periodismo alternativo", y que obviamente para los incrédulos, se tratará de otro doctor magufo (gracias por la palabreja, no la conocía, quiere decir mezcla de mago y ufólogo, el que estudia "ovnis"). Pues bien, como doctor "magufo" que es, y hablando en un blog "magufo", al igual que el resto de links que menciono (todos "magufos": Universidad de Navarra, Harvard, Revista Nature, SaberVivir, la página de la Uned que ya por espacio ni incluyo, y documentales y libros que no son precisamente los de Belén Esteban -que hoy en día cualquiera publica libro-) pues el susodicho doctor Coldwell es uno de los más que viene a decir que al cuerpo hay que alcalinizarlo, darle oxígeno y verduras, que las "cosas verdes" tienen clorofila y aportan mucho oxígeno. Y más verduras y más oxígeno. Cosas que si consumimos, por cierto, especialmente si son de la huerta, harán que "sin duda alguna" dicho doctor obtenga grandísimos beneficios. http://periodismoalternativoblog.wordpress.com/2013/11/13/el-cancer-puede-ser-curado-en-semanas-dr-leonard-coldwell/
Y más médicos y más médicos (que yo aquí por mi solita no sé nada ni soy nadie) avalan la relación entre cáncer, enfermedades degenerativas y acidificación: los doctores Mencken, Theodore A. Baroody, Robert O Young, o el doctor George w. Crile, de la Clínica de Cleveland, que declara que es imposible, que el cáncer prolifere en una persona que libere su cuerpo de la acidez, nutriéndose con alimentos que produzcan reacciones metabólicas alcalinas.
¿Y qué es en concreto lo que acidifica nuestro organismo?
Elevan la acidez de la sangre los llamados "venenos blancos": materias refinadas, tan elaboradas hasta perder el color, desprovistas de sus propiedades naturales y dejando aquella que comercialmente interesa: el sabor salado en la sal refinada, el sabor dulce en el azúcar, también la harina refinada (¿quién quiere una harina con tropezones y grumos?) el arroz blanco, pastas, leche (sí, la leche acidifica, ¿nunca se os ha puesto en la nevera la leche ácida?) http://www.elblogdenutricion.com/los-venenos-blancos-de-la-alimentacion/.
Información interesante y avalada por la Universidad Rey Juan Carlos y por la doctora Melanie Schmidt y la bióloga Ulrike Kämmerer del hospital de la Universidad de Würzburg de Alemania.
Para finalizar (el artículo, que la lista por ser aún seguía) el caso de un ancianito que logró vencer un cáncer supuestamente incurable, cambiando su dieta. (Bueno, a lo mejor se lo inventó y lo único que quería el ancianito era sacar pasta saliendo el los periódicos, que hoy en día) http://www.creadess.org/index.php/informate/desarrollo-humano1/nutricion-salud-y-estetica/22960-abuelo-de-78-anos-logro-vencer-cancer-incurable-con-solo-cambiar-su-dieta.