Tribuna Viva
Verano, agosto, calor
Verano, agosto, calor = contenedores, olores pestilentes, seguridad sanitaria en caos, y la poca vergüenza política.
Se puede resumir como un teletipo de antaño: ahora tenemos redes sociales en internet, pero los servicios municipales hace tiempo que están degradados. El anterior gobierno municipal, con restricciones, llevó a la decadencia el mantenimiento de los servicios públicos esenciales. Es verdaderamente preocupante cómo estos gobernantes están deteriorando los servicios básicos y el interés general.
Lo prometido en las elecciones municipales quedó en saco roto. Las denuncias o críticas a los anteriores gobiernos son cosa del pasado; estos incluso lo están haciendo peor. La actividad económica del sector turístico es la que manda y ordena. El caos en lugares como Combarro es patético; cada cual hace lo que le parece, sin control por parte de las autoridades municipales de Poio, que parecen unos presuntos ineptos políticos.
¿Dónde está el ordenamiento municipal? Las ordenanzas que decían iban a regular los espacios públicos ni las han hecho ni de momento tienen pensado hacerlo. Los vertidos de aguas fecales en el casco antiguo de Combarro son continuos y parecen "zapateros remendones", una vergüenza mayúscula. Y no hablemos del famoso PXOM, de eso ni comentarlo. Lo mismo sucede con la renovación del contrato del agua, que se quedó en el baúl de los recuerdos.
Esta legislatura es y será una continua fiesta, con troulas y eventos de entretenimiento. Para esos menesteres sí hay dinero; para eso no hace falta solicitar créditos bancarios. Las fiestas son la seña de identidad política de estos fenómenos gobernantes, todo ello con el fin de favorecer a negocios privados del sector turístico. Eso está bien, pero sería aún mejor si mirasen por los demás ciudadanos de Poio que pagamos religiosamente nuestros impuestos, que, por cierto, no bajaron como prometía el Partido Popular de Poio en su programa electoral.
Es igual, ahora la prioridad es otra: hay que ayudar a los amigos y colegas, presuntamente.
Enrique Lorenzo Rial