"Le dije: 'para, para, para'. Y me dijo: 'Si otros pudieron, ¿por qué yo no?' La frase no la olvidaré nunca"

Pontevedra
07 de mayo 2024

La Audiencia ha dejado este martes visto para sentencia un juicio por un delito de violación. Según la víctima, su ex la violó tras una discusión en el piso compartido en el que vivía ella a pesar de que intentó resistirse. El acusado reconoce que discutieron, pero aclara que ella lo agredió a él y que no la forzó a mantener relaciones sexuales

Audiencia Provincial de Pontevedra
Audiencia Provincial de Pontevedra / Mónica Patxot

La Audiencia Provincial de Pontevedra ha dejado este martes visto para sentencia un juicio por un delito de violación ocurrido supuestamente en la noche del 31 de octubre de 2019 en un domicilio de Santiago de Compostela, si bien denunciado meses después, durante el confinamiento por la pandemia, en la zona en la que está el domicilio familiar de la presunta víctima, en la comarca pontevedresa de Deza. 

El fiscal considera al acusado autor de un delito de violación y pide que sea condenado a nueve años de prisión; seis años de libertad vigilada; 17 años de inhabilitación especial para cualquier profesión, oficio o actividades que conlleven contacto regular y directo con menores de edad; y el pago de una indemnización de 25.000 euros a la víctima. Su defensa pide su absolución. 

El tribunal de la sección cuarta de la Audiencia deberá determinar la condena o absolución del acusado, un joven que, según su ex novia, la violó tras una discusión en el piso compartido en el que vivía ella a pesar de que intentó resistirse. 

"Le dije: 'para, para, para'. Y me dijo: 'Si otros pudieron, ¿por qué yo no?' La frase no la olvidaré nunca", relató la víctima durante el juicio, mientras que el acusado reconoce que ese día discutieron, pero aclara que ella lo agredió a él y que no la forzó a mantener relaciones sexuales.

El acusado y la víctima habían tenido una relación previa y compartían grupo de amigos, pero poco antes de los hechos lo habían dejado. Esa noche, coincidiendo con la celebración de Halloween, ella fue a una fiesta en casa de una amiga y luego salieron de copas por Santiago. En el pub, apareció el acusado.

En esto coinciden ambos, si bien discrepan en por qué él acudió a esas copas posteriores a la fiesta, pues ella asegura que apareció porque tenían un grupal de whatsapp de amigos en el que iban contando sus movimientos y él indica que fue ella la que le dijo que fuese

En el pub, ella asegura que se "sentía incómoda" porque "él se acercaba mucho", hizo una bomba de humo y se fue con una amiga. Cuando llegó a su portal, él "apareció por detrás" y discutieron. Ante su insistencia, le permitió entrar en la vivienda. En la habitación, volvieron a discutir y él se fue, pero "quedó enviando mensajes y haciendo ruido en el descansillo", de modo que ella, de nuevo, le dejó entrar.

Según la versión de ella, "le dije que no quería estar con él", empezaron a forcejear y cayeron en la cama. "Él no paraba de intentar tocarme y yo no quería que me tocara, me apartaba", relató la víctima, que declaró en la Audiencia protegida por un biombo. Según recuerda, estaba nerviosa porque "nunca había vivido una situación en la que dijese que no quería y esa persona no parase" y él acabó diciéndole "tranquila no te toco".

Cuando se relajó, la violó y asegura que, mientras lo hacía, "recuerdo fijar la vista en la puerta de la habitación". Cuando terminó, según relató ella, él se quedó dormido y, a la mañana siguiente, "actuó como si no pasase nada". En los días siguientes "no se despegaba de mi" y, tras un tiempo de relación intermitente, en diciembre volvieron a tener una relación formal, pues ella estaba "muy enamorada" y "tenía una dependencia emocional muy grande de esta persona"

En febrero, tras una nueva ruptura, ella le denunció por acoso y el 15 de marzo de 2020, en pleno confinamiento, denunció ante la Guardia Civil la agresión sexual. Desde entonces, no han retomado la relación. 

La versión de él es muy diferente. Retomando los hechos cuando estaban de copas en el pub, relata que ella se fue y, dado que estaba lloviendo y ella había bebido mucho, la llamó a ver si quería que acercase a casa a ella y a su amiga, a lo que su ex le respondió que no, pero que se veían luego en casa. 

Niega la discusión en el portal, pero sí reconoce una discusión ya en la habitación. El relato de él señala que ella "había estado enfadada unos días por infidelidades por mi parte" y en ese momento se las volvió a echar en cara y "progresivamente, se enfadó más" y llegó a "agredirme físicamente" con bofetones

Tras esa agresión y los reproches, acabó marchándose, pero asegura que ella siguió escribiéndole por whatsapp y le pidió volver y, dado que él quería "arreglar las cosas", cuando la notó más tranquila regresó. Al volver, de nuevo en la habitación, según el relato del acusado, se acostaron y, en la cama, volvió la "rabia" y "llegó a morderme", pero finalmente ella se echó a llorar, él la consoló y se durmieron.

Al día siguiente, según la versión de él, hicieron las paces y comenzaron una relación ya formal -antes habían tenido una "relación sin compromiso"-. Duró hasta febrero de 2020, cuando él le reconoció que había tenido una "relación paralela". Ese día le echó de su casa "a gritos" y ahí terminó la relación. 

Los amigos de ambos, que ahora solo mantienen relación con ella, no presenciaron los hechos, pero ella sí se los contó meses después. Aseguran que, tras lo ocurrido, ella "cambió" y "se la veía mucho más triste"

Una psicóloga que la atendió a ella dice que hacía un "relato muy coherente" de la relación no consentida y las especialistas del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) que realizaron un informe sobre el caso concluyeron que había una "relación disfuncional de pareja" y que ella presentaba "sintomatología traumática" compatible con una agresión sexual.