Condenan a dos años de cárcel al camionero que atropelló a un ciclista en el Nudo de O Pino
Por Natalia Puga
El camionero que el 6 de agosto de 2010 atropelló y mató al pontevedrés José Alberto Ríos Vázquez en el Nudo de O Pino reconoció en el juicio que fue responsable del accidente mortal y aceptó ser condenado a dos años de prisión como autor de un homicidio por imprudencia. El juez hizo uso de su capacidad para ditar sentencia en el acto y ya condenó al procesado.
La acusación particular ejercida por los país de la víctima solicitaban para Víctor S.Q.X.S., de 33 años y vecino de Arouca, en el distrito portugués de Aveiro, tres años y medio de prisión al considerarlo responsable también de los delitos de omisión del deber de socorro, desobediencia grave y conducción temeraria. En el acto del juicio, retiró la acusación por estas tres infracciones penales y aceptó que so había sido condenado a dos años por homicidio imprudente, además de a la privación del permiso de conducir durante un año.
También la acusación ejercida por uno de los guardas civiles que participó en la detención del procesado modificó su petición de condena. La letrada de la defensa cambió el relato de los hechos concluyendo que el procesado no se resistió a la detención, de manera que sólo lo considera autor de una falta de lesiones. Por estos hechos, en la sentencia ya dictada por el juez recoge una condena de un mes de multa a razón de 8 euros diarios y una indemnización de 2.500 euros por los 58 días que tardaron en curar de las heridas sufridas.
Los hechos con los que si conformó el procesado se produjeron sobre las 8.30 horas de la mañana en el vial que unía las dos rotondas que por aquel entonces confomaban el Nudo de O Pino. El acusado conducía un camión Volvo cuando arrastró a un hombre que iba en bicicleta y en lugar de detenerse siguió la marcha hasta que fue interceptado por la Guarda Civil de Tráfico en San Adrián de Cobres (Vilaboa).
"Sí" fue la única palabra que se le entendió al procesado durante la vista oral celebrada en el Juzgado de lo Penal número 1 de Pontevedra. Se refería a tres preguntas que le formuló el juez una sola respuesta: ¿Se reconoce autor de los hechos? ¿Se conforma con los hechos como están relatados? ¿Se conforma con las penas que le piden? Sí que intercambio más frases con el interprete que lo asistía y le traducía al portugués el contenido del acuerdo al que llegaron su defensa y el fiscal y dos abogados la acusación, pero se caracterizó en todo momento por la prudencia a la hora de elevar en alto sus palabras.
"ÿl hay reconocido que es un asesino", relata a la madre de la víctima
La presencia tanto en la sala como en los corredores del juzgado de la familia de la víctima fue uno de los factores que más cortó al procesado. Llegó diez minutos más tarde de la hora para la la cual estaba previsto el inicio del juicio, las 9.30 horas, y en cuanto apareció por la puerta de los juzgados de A Parda los padres, hermana e hijo de la víctima no le quitaron ojo. La madre del fallecido, María Luisa Vázquez, incluso tuvo un intento de acercarse a él, que aguardaba el inicio de la vista sentado en un banco, pero su nieto logró detenerla.
La tensión que se vivió en el corredor se intensificó cuando se dio a conocer el acuerdo entre las partes. A pesar de respaldar a su abogado, Juan Carlos Cabada, y el acuerdo al que llegó, la mujer no ocultó su descontento con la reducción de la condena que finalmente se le impuso al procesado.
El hombre no tenía antecedentes previo al siniestro mortal de O Pino y ya permaneció más de dos meses en prisión preventiva, de manera que se librará de entrar en la cárcel. "ÿl hay reconocido que eres un asesino. Para mí sigue siendo un asesino que si llevó a mi hijo, pero la ley es así, no va a la cárcel y debería ir", indicó el término del xuizo. Su abogado explicó que no se habría podido acreditar que cometió un delito de omisión del deber de socorro porque el hombre falleció en el momento y el lugar del siniestro estaba lleno de testigos.
"Hasta en eso es un sinvergüenza, esperaba que pidiese perdón, sobre todo, al hijo"
La mujer, que acude cada día a visitar la tumba de su hijo en el cementerio de San Amaro acompañada de su marido y mismo hubo una temporada en la que comía delante del panteón, elogió al fallecido ("era un ángel") y cuestionó la conducta del condenado en el juzgado. "No ha pedido perdón. Yo no se lo iba a dar, pero hasta en eso es un sinvergüenza, esperaba que pidiese perdón, sobre todo, al hijo", criticó.
La familia de lo fallecido ya fue indemnizada por la aseguradora del camionero, 9.000 euros para los padres y 250.000 para la viuda y los dos hijos. Los cuartos no ayudaron a paliar el dolor por la pérdida. "Han matado a mi hijo y a nosotros nos está matando poco a poco. Llevamos dos años en un calvario", relató. La misma sensación la extrapoló su nieto y huérfano de lo fallecido, José Alberto Riós Vilela, que acaba de cumplir 18 años y estudia en Madrid, pero quiso coger un avión "para presenciar el juicio por la muerte de su padre".
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