"En definitiva, la sociedad civil y los medios de comunicación son los que fuerzan a los responsables políticos a tomar decisiones"
Por Mónica Patxot & Natalia Puga
"Un Tratado sobre el Comercio de Armas efectivo no es un tratado de prohibición de armas, sino que debe garantizar que los Estados controlan rigurosamente la exportación, importación y transferencia internacional de todo tipo de armas de uso militar, policial y de seguridad, incluyendo equipos, munición y formación". Esta es la filosofía en la que se basa la ultima campaña de información y sensibilización puesta en marcha por la ONG Amnistía Internacional de cara a la celebración entre el 18 y el 28 de marzo de una Conferencia de la ONU que será decisiva para la aprobación del Tratado sobre Comercio de Armas. Llegó a Pontevedra de la mano de su activista y coordinador del equipo de Comercio de Armas Juan Álvarez-Iñíguez, y del periodista pontevedrés de RNE Luis Miguel Alonso en una charla en el Café Moderno que además ha servido para iniciar en la ciudad una campaña de recogida de firmas en apoyo al tratado.
Llega a Pontevedra, según sus propias palabras, para "hablar del Tratado de Comercio de Armas que esperamos que se aprueba esta primavera en naciones Unidas". ¿Qué busca Amnistía Internacional con actos como esta charla?
Esperamos que se apruebe para que se regule el circuito de comercio de armas en el mundo.
¿Qué papel puede tener la ciudadanía para este logro que les lleva a centrar sus esfuerzos en actos de contacto directo con la población?
Estos actos son de información a la sociedad civil porque no podemos olvidar que en definitiva la sociedad civil y los medios de comunicación también son los que fuerzan a los responsables políticos a tomar decisiones.
¿Por qué es importante este papel de la sociedad española? ¿Qué papel tiene España en este Tratado y en el comercio de armas?
España está apoyando el impulso del Tratado y la aprobación sin ninguna cortapisa, por ese lado estamos muy contentos. En cuanto al papel en el comercio de armamento, España es el octavo exportador en el mundo y tiene que vigilar mejor a qué países se exporta. Aunque realmente esta regulado en España por una ley del año 2007, aún hay algunas cosas que deben ser mejoradas, hay mucho que trabajar en ese sentido.
¿Con qué países estamos haciendo negocio que impidan ese objetivo de Amnistía Internacional de "impedir que se utilicen transferencias de armas para cometer o facilitar que se cometan violaciones graves de derechos humanos o que se desvíen al comercio ilícito, al mercado ilegal o a usuarios finales ilegítimos que, además, acaban frenando el desarrollo socioeconómico y contribuyendo a la pobreza"?
Hay varios que son preocupantes., Tenemos desde países del norte de África donde la situación, después de la Primera Árabe, no es la que mejor se adapta al respeto de los derechos humanos (hablamos de Egipto, de Túnez, Marruecos inclusive. A Malí se le han vendido aún armas el año pasado y este año) y luego tenemos otros países con conflictos sociales diversos, con conflictos armados inclusive, como puede ser Colombia, como puede ser México, que hacen que la venta de armas en esos países sea preocupante.
El primer exportador es Estados Unidos. ¿Dónde lo están haciendo mal ellos?
Estados Unidos exporta el 40% de todo el total de exportaciones mundiales. Es, por ejemplo el mayor suministrador de armas a Yemen, donde todavía hay conflictos sociales y violación de derechos sociales de manera cotidiana; en Afganistán En la mayoría de países con conflictos Estados Unidos está vendiendo armas
Se le reprocha que detrás del origen de muchas guerras está, de hecho, los intereses de la industria armamentística.
Yo no puedo asegurar eso, lo único es que es un círculo vicioso, es como la pescadilla que se muerde la cola. A mayor venta de armas hay más conflictos y a mayores conflictos hay más necesidades de exportar armas. Entonces, ahí hay muchos intereses tanto económicos como estratégicos que hacen que se produzcan más de lo que hay que usar. Los armamentos se producen para usarlos, es el grave problema.
"Lo único que no debemos perder es la ética en cualquier tipo de actividad humana"
Con la situación económica que atraviesa España, tendrán que enfrentarse a menudo a personas que critiquen su postura como un ataque a la industria armamentística como una actividad económica e industrial que genera puestos de trabajo que escasean en la época actual. ¿Cómo justifica su postura Amnistía Internacional ante este tipo de cuestionamientos?
Primero decimos que lógicamente los esfuerzos, la tecnología, el saber se pueden dedicar a reconvertir parte de esa producción a un uso civil. Y en segundo lugar que Amnistía no se opone a que haya un comercio de armas, es un derecho que cada país puede importar armas para su propia defensa. Lo que pasa es que lo único que no debemos perder es la ética en cualquier tipo de actividad humana. Eso es lo que está luchando por conseguir, que haya también un comportamiento ético en el comercio de las armas.
¿Cómo es la receptividad que están teniendo entre la población?
Francamente buena. Hay más de 100 actividades en distintos puntos de la geografía española para documentarse. Para informar a las personas hay actividades de calle y la acogida es bastante buena. Hay varias actividades prioritarias, la primera que se ha lanzado es con el enfoque de Estados Unidos como el mayor productor de armas y se acaba de lanzar una campaña de recogida de firmas. Todavía no sabemos cuántas frrmas se van a recoger. Tiene que ser de aquí al 17 de marzo porque el 18 empiezan las negociaciones en las Naciones Unidades. Tenemos un mes aproximadamente para la recogida.