Pontevedra: una experiencia sensorial más allá de la vista

Pontevedra
06 de marzo 2013

Afiliados de la ONCE y autoridades con los ojos tapados y pegados a un guía visitaron la ciudad en el primer recorrido accesible. Esencias con los olores más significativos, músicas típicas o adaptaciones en relieve de una concha de vieira o una caricatura de Castelao les permitieron "disfrutar Pontevedra a través de los otros sentidos, sentirla, tocarla, olerla"

Recorrido accesible de afiliados de la ONCE y autoridades por Pontevedra
Recorrido accesible de afiliados de la ONCE y autoridades por Pontevedra

La lluvia caía persistentemente, el suelo estaba mojado y el cielo oscurecido. El momento no se presentaba como el más idóneo para disfrutar de una visita turística, pero guías y visitantes se mostraban ansiosos en la plaza de A Peregrina de Pontevedra. Todos querían sumergirse en una experiencia sin antecedentes en Galicia y que prometía dejar un recuerdo diferente de la ciudad del Lérez: un recorrido accesible por los lugares más emblemáticos de la ciudad. 

La imagen resultaba, cuanto menos, llamativa. La mitad del grupo que se congregó en A Peregrina y que durante dos horas recorrió el centro de la ciudad tenía dificultades para ver los lugares visitados. Algunos eran afiliados de la ONCE. Otros, personas sin dificultades de visión, pero con los ojos tapados para simular que tienen algún tipo de patología visual. Todos querían encontrarse en igual de condiciones para emprender una visita en la que alumnos del Ciclo Superior de Guías de Turismo del centro Carlos Oroza pusieron a prueba los conocimientos adquiridos en los últimos meses y les llevaron por un recorrido sensorial por Pontevedra más allá del sentido de la vista. 

"Que este colectivo pueda disfrutar Pontevedra a través de los otros sentidos, que pueda sentir, tocar, oler la ciudad". Este es el objetivo que marcaron a sus alumnos las dos profesoras coordinadoras de la iniciativa, Rosa Marcos y Tina Otero. A tenor de las valoraciones de los participantes, se cumplió. Tras el recorrido, mostraban su sorpresa por haber descubierto "una Pontevedra diferente". "Puede sonar raro, pero he visto rincones de la ciudad que no conocía", señalaba uno de los visitantes que llevaba los ojos tapados con unas particulares gafas.

"La experiencia es única y va a ser enriquecedora además de didáctica", vaticinó antes de la visita uno de los guías, el alumno Alexandre Penas. Para hacer posible que el balance final fuese satisfactorio, junto a sus compañeros preparó un recorrido por Pontevedra en el que propiciaron que los visitantes tocasen los distintos monumentos, oliesen fragancias como la naranja, el pan o las sardinas o pudiesen tener acceso a recreaciones en braille o en relieve de una imagen tan emblemática de la ciudad como la concha de vieira que da forma a la planta del santuario de A Peregrina.

Los ediles de Turismo y Mobilidade, Carlota Román y Luis Bará, se convirtieron en el centro de atención de parte de la visita. Ambos iban con un guía sujeto del brazo, los ojos tapados y, en el caso de Bará, un paraguas para ayudarse a caminar sin tropezones con obstáculos como los adoquines de algunos tramos del recorrido. Los dos mostraron cara de sorpresa cuando sus acompañantes les hicieron tocar algunas esculturas de las iglesias pontevedreses, la estatua al Loro Ravachol, las lenguas de las fuentes que coronan varias plazas de la ciudad o adaptaciones en relieve del escudo de Pontevedra, de una concha de vieira, una caricatura de Castelao y de las plantas de la basílica de Santa María y de las ruinas de Santo Domingo.

La visita estuvo acompañada de explicacones sobre el Camino Portugués ("escuchen, llega un peregrino, es un bastón, todo peregrino lleva un bastón", explicaba uno de los guías mientras de fondo se reprodujo el sonidio de un caminante a su llegada a la ciuad), el santuario de A Peregrina, las ruinas de Santo Domingo, la basílica de Santa María, la calle Real o las plazas del Pan, Méndez Núñez y A Leña. Lecturas y músicas típicas con la historia de cada lugar completaron las sensaciones y potenciaron que disfrutasen de sentidos que personas con discapacidad visual tienen más desarrollados como el tacto o el olfato. 

La experiencia no sólo resultó reconfortante para los asistentes, sino que valió a profesonres y alumnos para reafirmarse en que "aquí hay un nicho de mercado, una ocupación de futuro". "José Ángel (Abraldes, el director del CRE de la ONCE en Pontevedra) nos dijo que siempre que viene alguien de fuera tienen dificultades para encontrar guías que respondan a sus necesidades", reveló una de las profesoras. Con alumnos formados en prácticas como la de este miércoles, será más fácil que las persona con alguna discapacidad visual puedan disfrutar de Pontevedra al completo y que los estudiantes tengan otra orientación laboral. 

Para completar la actividad, denominada PONTE ONCE, alumnos de Cocina, Pastelería y Servicios sirvieron un almuerzo adaptado en el restaurante del Carlos Oroza. Ofrecieron a los participantes un almuerzo accesible, una comida cuya degustación no entrañe dificultad alguna para las personas ciegas, esto es, "sin huesos o espinas, por ejemplo" y con cuatro menos en braille por mesa.