Dos vecinos de Arís en Poio, ambos de nombre Manuel, se enfrentaban a finales de junio de 2015 por problemas con una servidumbre de paso. Fue la gota que colmó el vaso de las malas relaciones que mantenían desde hacía tiempo. Cerca de sus domicilios iniciaron una discusión que finalizó con agresiones mutuas. Manuel F. portaba una navaja de ocho centímetros de hoja. Manuel M. iba armado con un palo.
De aquella pelea salieron mal parados los dos. Manuel M. llegó a Urgencias del Complexo Hospitalario de Pontevedra con una herida inciso contusa en el antebrazo izquierdo y otra en el antebrazo derecho. Tardó 15 días en curarse, durante dos de ellos no pudo realizar sus actividades habituales. En su piel quedan dos cicatrices, de 6 y 3 centímetros.
Manuel F. sufrió traumatismo craneal con herida debido a los golpes recibidos con el palo. También se le detectó traumatismo en el oído y varios hematomas en diferentes partes del cuerpo. En su caso fue necesario un tratamiento médico quirúrgico de sutura con grapas de la herida en el cuello cabelludo. Tardó en curarse diez días, uno de ellos fue impeditivo. Para el recuerdo le quedará una cicatriz de tres centímetros, parcialmente cubierta por el pelo, lo que supone un perjuicio estético en grado ligero. También en la pelea se le rompieron las gafas progresivas con un valor de 530 euros y la pantalla del teléfono móvil. La reparación ascendió a 37 euros.
El fiscal imputaba a los dos vecinos sendos delitos de lesiones hechas con instrumentos peligrosos. Inicialmente pedía dos años y seis meses de prisión. Sin embargo, este jueves se llegaba a un acuerdo en el que los acusados se reconocían culpables y el fiscal rebajaba la pena a dos años de prisión.
Manuel F. está obligado a indemnizar cerca de 2.000 euros por los daños causados. Además, ambos tendrán que indemnizar al SERGAS por la cantidad que se establezca por los gastos generados en asistencia médica en la asistencia médica que le fue prestada al otro lesionado como consecuencia de la agresión.