VÍDEO.- Pontevedra retoma la normalidad tras la huelga del 8 de marzo con un ánimo renovado
Un día después de la huelga de mujeres del 8 de marzo, Pontevedra parece haber vuelto a la normalidad, pero sin embargo se respira un ambiente distinto.
Por las calles caminan, en su mayoría, mujeres orgullosas de lo que se ha llevado a cabo y hombres que valoran positivamente el éxito y la repercusión que esta huelga ha tenido.
Destacan las evaluaciones positivas de las concentraciones llevadas a cabo en la ciudad, de la implicación de todas las personas, de lo importante y destacable que es que por primera vez se organizase una huelga únicamente de mujeres, y por supuesto, el sentimiento de unidad y lucha.
Por supuesto, existen multitud de opiniones y puntos de vista, desde los que están completamente implicados con la causa, hasta los que no lo ven tan claro.
En su mayoría, las mujeres trabajadoras en los comercios de Pontevedra no han secundado la huelga, pero en casi todos los casos, no por falta de implicación o de apoyo al movimiento.
Muchas de las mujeres del comercio local son autónomas y por ello no se han visto en condiciones de permitirse las pérdidas económicas de toda una jornada laboral.
En el caso de Alba López Alonso y Mónica Soage Domíguez, trabajadoras en la Carnícería Fidel, en las galerías Virgen del Camino, pese a haber abierto el establecimiento durante el 8 de marzo, están completamente sensibilizadas con la causa y esperan que, gracias a todas las mujeres que han podido secundar la huelga, las cosas comiencen a cambiar.
Sin embargo, algunas comerciantes no han secundado la huelga por motivos ideológicos, al creer que lo que realmente puede provocar el cambio es la educación recibida y que debe empezar desde pequeños.
Pero en general, los pontevedreses han notado la falta de mujeres en sus puestos laborales.
Marta Peón, estudiante de educación social, además de haber secundado la huelga, tras acudir al médico pudo comprobar como no había presencia femenina, ni de doctoras ni de enfermeras.
Además, muchos hombres de Pontevedra han apoyado la huelga comprendiendo el motivo y la finalidad de la misma, dejando que fuesen únicamente las mujeres las que la secundasen y cubriendo las tareas que sus parejas, madres o amigas realizan en su día a día, permitiéndoles de este modo la correcta realización de la huelga así como la asistencia a las concentraciones.
Por lo tanto, aunque aparentemente Pontevedra haya vuelto a la normalidad, tras esta huelga de mujeres, hay un ánimo diferente, una sensación de inicio, de cambio y por supuesto, muchas esperanzas puestas en que todo lo vivido sirva para algo.