Ketty Fresneda, a las puertas de convertirse en ganadora de Masterchef
Por Alejandro Espiño
Masterchef, según Ketty Fresneda, "me ha regalado una etapa preciosa de mi vida". Así resumía esta cubana de 28 años, afincada en Pontevedra, el paso por el concurso culinario de TVE. No pudo hacerse con la victoria final en la sexta edición del programa, pero ha llegado más lejos de lo que ella misma pensaba.
Tras un reñido 'combate' en los fogones, Ketty se ha quedado a un paso de ser la nueva Masterchef española. Después de demostrar su valía en la cocina, a lo largo de trece programas, ha quedado en segunda posición. "Te lo has ganado trabajando", han destacado Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo-Nágera y Jordi Cruz, los estrictos jueces del concurso.
El camino al duelo final no fue fácil para la joven pontevedresa. En la primera prueba, los cuatro finalistas tuvieron que replicar dos platos creados por Oriol Castro y Mateu Casañas, del restaurante barcelonés Disfrutar, galardonado con dos estrellas Michelin y considerado como uno de los veinte mejores restaurantes del mundo.
Siguiendo las instrucciones de Oriol Castro, Ketty y sus compañeros afrontaron una prueba que, como ella misma reconoció, fue "muy estresante". Debían seguir paso a paso y sin descanso la elaboración de una gilda de caballa y un 'trampantojo' de macarrones y no fue todo lo bien que se esperaba.
Tras sufrir durante la prueba un "problema de atención", según los jueces, una mejorable ejecución de los macarrones, la joven no pudo clasificarse directamente para el duelo final. Ese puesto fue para una de sus grandes amigas en el concurso, Marta. "Te puedes exigir mucho más de lo que das", llegó a decirle Samantha Vallejo-Nágera a la pontevedresa.
Pero la segunda oportunidad no la dejó escapar. Junto a sus compañeros Toni y Oxana, Ketty viajó a las cocinas del restaurante El Bohío (Illescas), propiedad de Pepe Rodríguez, uno de los jueces del programa, en donde cada uno de ellos tuvo que elaborar dos platos de un menú degustación "con un intenso sabor a Castilla La Mancha", como afirmó su creador.
En el caso de la aspirante cubana, de sus fogones salió un plato de cigala, sopa al cuarto de hora, aire de azafrán, tallarines de calamar y crujiente de gambas; y un postre compuesto por helado de nata, crema de sésamo y vinagre, bizcocho de azúcar moscovado y aéreo de chocolate y caramelo crujiente de chocolate.
Los comensales, todos los ganadores que Mastechef ha tenido en sus doce ediciones -senior, junior y VIP- valoraron muy positivamente el trabajo de Ketty. De ella aseguraron que sus platos estaban "súper buenos" y que sus "impresionantes" propuestas eran "muy elegantes y originales", ante lo cual afirmaron que había "poco que añadir".
También los jueces alabaron que Ketty hubiese afrontado el cocinado "con mucha seguridad" y que todos los acompañamientos de sus platos estuviesen "en su punto". El único pero, las tejas de chocolate del postre que, según Pepe Rodríguez, "se te han ido de las manos". Aun así, ella fue la elegida para el duelo final.
Ya en la última prueba de la noche, para dilucidar quién sería la ganadora, Ketty y Marta tuvieron que poner en práctica todo lo aprendido estos meses y demostrar que, con esfuerzo e ilusión, los sueños se cumplen. Cada una de las dos finalistas elaboró un menú completo, compuesto de un entrante, un plato principal y un postre.
Para este gran duelo final, Ketty optó por un menú fusión a medio camino entre Galicia y Cuba, con un especial protagonismo, como ella misma explicó mientras cocinaba sus platos, de los productos del mar de su tierra de acogida, preparados con "muchos toques tropicales" en homenaje a sus raíces cubanas.
Así, como entrante presentó una ensalada de buey de mar, cigalas y rape con cúpula de coco que, según los jueces, era "interesante y atrevida"; como plato principal, raya en su jugo con ensalada de anisados, encurtidos y caviar de pomelo, una propuesta "arriesgada" en el que el pescado estaba en un punto "maravilloso" y en el que destacaba el "saborazo" de la ensalada.
Por último, su postre -su punto débil durante todo el concurso- fue trasladar los sabores de un "cuba libre" a la repostería, una idea "divertida" que gustó al jurado porque "está muy bien hecho" y demostraba el "denominador común" de su cocina, los sabores intensos.
"Esta ha sido la experiencia más maravillosa de mi vida", señaló Ketty antes del veredicto de Pepe, Samantha y Jordi, porque "pase lo que pase yo ya me llevo el premio". Al final, en uno de los duelos más reñidos de la historia del programa, la pontevedresa quedó en segunda posición. "Voy a abrir mi restaurante sí o sí", ha asegurado a modo de conclusión.
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