La procesión de las antorchas supuso un año más el punto álgido, como cada penúltimo sábado de agosto, a las fiestas en honor a Virgen de los Dolores de la parroquia de A Insua, en Ponte Caldelas.
El acto, que mezcla tradición y cultura, contó con la asistencia de cientos de vecinos.
La marcha, iluminada por las pequeñas antorchas y velas que portan sus participantes y los que se colocan en los muros y en las casas, discurrió por encima de las numerosas alfombras florales elaboradas para la ocasión y que se reparten por los caminos desde el atrio de la iglesia hasta la plaza central de la parroquia, donde se realizó la tradicional ofrenda.
La procesión salió pasadas las 22:00 horas de la noche y después de la ida por los caminos de A Insua regresó por la carretera autonómica. El retorno a la iglesia no se produjo hasta bien cerca de la medianoche.