Carmela Silva lamenta a las protestas ante el curso de canteros impartido en el Centro Penitenciario A Lama
Por Olaya Madrigal & Mónica Patxot
Carmela Silva, presidenta de la Diputación, respondió con asombro a la pregunta sobre las protestas alrededor del curso de canteros, "Elaboración de obras en pedra natural", impartido en el Centro Penitenciario A Lama.
Desde su construcción e inauguración en el año 2000, en el que contaba con 100 plazas para alumnos, la Escuela de Cantería de Poio vivió un constante decrecimiento de estudiantes hasta llegar a la cifra de 11 en el curso actual. La escuela se enfrenta a un futuro incierto, ya que en la actualidad el profesorado supera al alumnado, mientras que su mantenimiento sigue suponiendo un gasto de un millón de euros anual.
Este descenso continuado se produjo, por una parte, por la cantidad de horas que el curso requiere, siendo un total de 4.600 horas en comparación con las 2.000 habituales impartidas en otros centros y, por la otra, por la inexistencia de un título homologado que le dé validez al esfuerzo desempeñado por los futuros canteros.
La lucha por un cambio en la situación se viene dando desde abril del año pasado, exigiendo la escuela la homologación del título tanto para alumnos actuales como para aquellos que ya lo cursaron. Desde la diputación, el gobierno se comprometió con la causa, comenzando en septiembre con el planteamiento y después con el presupuesto de una serie de obras esenciales para que la escuela pueda solicitar la homologación ante la Xunta. El proyecto de obras se aprobó en octubre y se anunció un plazo de ejecución de 9 meses.
El problema por lo que los alumnos de la escuela se sienten afectados, sin embargo, es el comienzo del curso de canteros "Elaboración de obras en piedra natural", impartido en el Centro Penitenciario A Lama. El curso fue anunciado en febrero de este año y, según las protestas de los afectados, por un total de 250 horas los presidiarios recibirían el mismo certificado que aquellos alumnos con un periodo de aprendizaje de 4 y hasta 5 años.
Precisamente en esa línea fue la pregunta realizada en la rueda de prensa realizada este viernes por la presidenta, en la que se inquiría por las protestas acurridas a raíz del anunciamento del curso. Ante esto, la presidenta se mostró dolida con el comportamiento de la sociedad que, en su opinión, debería fomentar la ayuda a los demás y, especialmente, a los más necesitados. Manifestó su asombro y tristeza ante la protesta contra una iniciativa que tan sólo pretende la reinserción y la facilitación en la vida de los detenidos. Respondió también a la acusación de haber homologado el curso del centro penitenciario antes que el normativo con una negativa, en la que concretó que tan sólo la Xunta tiene la capacidad de homologar y aclaró que lo que los presidiarios recibirían sería un certificado facilitado por el centro penitenciario.
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