Conducta impropia en un juicio por tráfico de drogas: un acusado se baja los pantalones hacia el público
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
Valentín Outón Mora, miembro del conocido como clan de los Butaneros, se sentó este jueves en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Pontevedra para rendir cuentas por una acusación de tráfico de drogas en la que el fiscal sostiene que trató de ocultar a la Policía Nacional ocho gramos de cocaína que llevaba en la zona de los genitales y arrojó a la vegetación. Durante el juicio, protagonizó un episodio muy fuera de lugar al hacer un 'calvo' hacia el público.
Outón Mora se mostró muy incómodo ante la presencia de fotógrafos en la sala de vistas y empezó por intentar ocultarse con una capucha, pero su siguiente gesto fue bajarse los pantalones mostrando su trasero a quienes estaban en la zona del público. Los magistrados que integran el tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia no se percataron del gesto, pero sí el letrado de la Administración de Justicia y todas las personas que estaban entre el público.
Una vez que el presidente del tribunal, Xosé Xoán Barreiro Prado, tuvo conocimiento de lo ocurrido, reprendió al acusado por su "conduta bastante impropia" y le advirtió de que si volvía a repetirla sería expulsado de la sala y juzgado en su ausencia. El tirón de orejas surtió efecto, pues no volvió a realizar ningún movimiento inadecuado.
En relación con el juicio en sí, el hombre negó la acusación que le atribuye la Fiscalía, y por la que pide que sea condenado a dos años y medio de prisión y el pago de una multa de 900 euros. La Fiscalía se basa en el testimonio de dos agentes de la Policía Nacional que este jueves reiteraron durante el juicio.
El acusado y los policías coinciden en que sobre las 21.00 horas del 16 de junio de 2017, cuatro días después de haber sido condenado por última vez por un delito contra la salud pública, viajaba de copiloto en un vehículo que se estropeó y empezó a echar humo, de modo que una patrulla policial le pidió que se detuviese en la zona de O Marco, en el acceso a Pontevedra.
A partir de ahí, el relato del acusado y de los policías ya no coinciden. El acusado reconoce que llevaba un pequeño huevo con hachís que le entregó a la Policía y que después se acercó a la barandilla de un desnivel situado a unos dos metros para orinar. La diferencia entre su versión y la policial se debe a que los agentes mantienen que le vieron sacar de la zona de los genitales un envoltorio y tirarlo desde allí al suelo, a unos cinco metros.
Allí fue recuperado más tarde y resultó ser una bolsa que contenía 8,087 gramos de cocaína, con una riqueza del 83,29%, cuyo valor en mercado ascendería a 925,64 euros.
El acusado asegura que tan sólo acudió a orinar y su abogado defensor alega que sería imposible que los agentes le viesen arrojar nada al estar de espaldas y a bastante distancia. Sin embargo, los dos agentes reiteraron que vieron perfectamente ese movimiento de sacar el envoltorio de la zona de los genitales y tirarlo al vacío. Además, unao aseguró que vio hacia dónde había caído.
En el momento de los hechos, el acusado también llevaba encima 460 euros que él explicó que procedían del desguace que regentaba, pues es habitual que lleve encima importantes sumas de dinero.
Tras el juicio, el fiscal, Juan Carlos Aladro, elevó a definitivas sus conclusiones iniciales, en las que tiene en cuenta la circunstancia agravante de reincidencia, dado que el acusado ya cuenta con antecedentes penales por tráfico de drogas. Además, valora que en el momento de los hechos tenía adicción a las drogas y concluye que la droga que le fue intervenida a pesar de que intentó ocultarlo supone "tenencia preordenada al tráfico".
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