La Policía llama a un uso responsable de las redes sociales ante nuevos casos de sumisión química
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
Los casos de delitos de 'sumisión química' registrados en Pontevedra en los últimos días han llevado a la Policía Nacional a hacer un llamamiento a la ciudadanía para que hagan un uso responsable de las redes sociales y tengan cuidado cuando se citan con alguien a quien solo conocen a través de Internet.
El llamamiento lo realizó este lunes Diego Amaya Díaz, jefe de Brigada Provincial de Policía Judicial de Pontevedra, tras explicar la ardua investigación realizada de forma conjunta entre su unidad, la Brigada de Seguridad Ciudadana y las brigadas de Policía Científica de Pontevedra, Vigo y Santiago de Compostela que permitió la detención e ingreso en prisión la semana pasada de dos hombres por drogar y luego robar a cuatro hombres a los que habían conocido a través de páginas de contacto.
La Policía pide ese uso responsable de las redes sociales y recomienda que, cuando se contacta con personas desconocidas, se debería tener un teléfono de la persona con la que se ha contactado, anotar una matrícula de coche o incluso animar a esa persona a hacer una foto con él para poder tener ciertos datos de esa persona desconocida. Esos datos se pueden pasar a una persona de confianza en previsión de que pueda acabar como víctimas de este tipo de delitos.
Este mismo lunes han tenido conocimiento de que los cuatro delitos son ya cinco, tras detectarse una nueva víctima, un hombre vecino de Xinzo de Limia, en Ourense. Las otras víctimas fueron dos vecinos de Pontevedra, uno de Vigo y otro del entorno de Santiago de Compostela.
Según explicó, la investigación resultó "dificultosa" por dos motivos. El primero es que las víctimas fueron sometidas químicamente, de modo que no recordaban muy bien cómo habían sucedido los hechos. El segundo, que estas personas "generalmente presentan algún tipo de vergüenza para presentar estos hechos ante la familia o en el entorno laboral".
Desde la Policía Nacional, animan a las personas que sean víctimas de este tipo de delitos a denunciar y les garantizan total discreción. "Pueden hacerlo directamente a través de las brigadas de policía judicial, donde se les podrá ofrecer discreción", indicó Diego Amaya.
Hasta el momento hay constancia de cinco casos, pero la Policía está convencida de que habrá más que no han denunciado. En todos los ya denunciados, los dos individuos utilizaron el mismo modus operandi. Uno de ellos contactaba con otros hombres a través de conocidas aplicaciones de contactos y, tras ganarse su confianza, concertaba una cita. La cita se producía en algún bar de la ciudad y allí, en una de las consumiciones, le suministraba la sustancia tóxica, benzodiacepina.
Una vez que la víctima se encontraba sumisa debido a las sustancias, entraba en juego el otro detenido, que se encontraba en las proximidades del bar. Cuando su compañero le llamaba, se dirigía al lugar para ayudarle a subir a la víctima al domicilio. Una vez en el interior de los domicilios, y con la víctima totalmente sometida, los dos detenidos se dedicaban a sustraer todos los efectos de valor y joyas que había en las viviendas. En alguno de los casos se han recuperado tarjetas bancarias sustraídas con las que habían hecho retiradas en efectivo en cajeros y diferentes cargos en cuenta.
La Policía Nacional realizó un registro en la vivienda que compartían los dos detenidos en Vigo en el que encontraron cerca de 50 joyas, más de 60 relojes, numerosas tablets, teléfonos móviles, dinero, más de 2.000 euros en billetes. Además, la víctima del entorno de Santiago valoró en 30.000 euros los objetos y dinero sustraídos. Todos estos objetos están en la Comisaría Provincial y figuran entre ellos muchos que todavía no tienen propietario conocido, pues aparentemente son de víctimas que todavía no han denunciado.
Además de los delitos de robo, le atribuyen dos de estafa por haber usado a través de Internet las tarjetas robadas y otros de lesiones. Una de las víctimas tenía costillas rotas y otra apareció al día siguiente semiinconsciente a las puertas del ascensor de su edificio. Además, este último era cuidador de una persona mayor que al no ser atendida debidamente por él dado que se encontraba inconsciente, se cayó de la cama y se rompió el fémur.