La Guardia Civil saca del mercado negro un centenar de armas ilegales, diez de ellas de guerra
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
Una importante operación liderada por la Guardia Civil de Pontevedra ha permitido sacar de circulación y del mercado negro un centenar de armas ilegales, muchas de ellas de alta peligrosidad, cuyo destino previsiblemente sería caer en manos de delincuentes y terroristas. Diez de ellas eran armas de guerra.
Para hacerse una idea de la potencial carga lesiva de las armas incautadas y, por lo tanto, de la trascendencia de la operación, bastaría un ejemplo. Entre las piezas intervenidas había una igual a las utilizadas para perpetrar atentados terroristas como el realizado en noviembre de 2015 en la sala de conciertos Bataclán de París, en el que tres terroristas mataron a 90 personas e hirieron a otro centenar.
El delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada; la subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maia Larriba; el general jefe de la XV Zona de la Guardia Civil, Luis Francisco Rodríguez; y el teniente coronel jefe interino de la Comandancia de Pontevedra, Manuel Touceda, dieron cuenta de la operación este martes en una comparecencia en la Comandancia pontevedresa en la que destacaron se trata de uno de los mayores arsenales de armas ilegales incautados en Galicia en los últimos años.
La operación, que se ha bautizado como Iceberg, se ha saldado con la intervención de ese centenar de armas -84 en concreto- y de una importante cantidad de munición: 3.411 cartuchos metálicos de diferentes calibres. Además, fue detenido el presunto propietario del arsenal, al que se atribuyen delitos de depósito de armas de guerra, depósito de armas, tenencia ilícita de armas prohibidas y depósito de municiones.
Las armas estaban ocultas en una finca de grandes dimensiones que el detenido frecuentaba en la parroquia de Pías, en Ponteareas. Una parte las tenía guardadas en una caja fuerte de grandes dimensiones oculta tras un sofisticado doble fondo detrás de una librería y el resto en el garaje.
La Guardia Civil destaca la especial peligrosidad de 10 armas de guerra: tres subfusiles, tres fusiles de asalto, dos ametralladoras, un fusil ametrallador y una pistola ametralladora. Además, tenía en su poder 66 armas cortas (32 pistolas y 34 revólveres), siete armas largas (tres escopetas, dos fusiles, un mosquetón y un rifle), pólvora, vainas, proyectiles, pistones y una máquina de recarga para la fabricación artesanal e ilegal de munición.
El arsenal se completa con dos bastones de estoque, 52 cañones sueltos, 47 cargadores de todo tipo de armas y numerosas piezas fundamentales (armazones, correderas, tambores de revolver y cerrojos), accesorios, herramientas y piecería para la manipulación y rehabilitación de armas de fuego.
El detenido fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de Ponteareas, que decretó su puesta en libertad en calidad de investigado. Ahora, la investigación sigue abierta y se abre un nuevo período en el que los investigadores deberán intentar determinar la trazabilidad de las armas incautadas, con el fin de determinar su procedencia y si han sido utilizadas para cometer algún tipo de delito.
Algunas de la armas tenían sus números de serie borrados o alterados, por lo que no se descarta que procedieran de robos o que pudieran haber sido introducidas ilegalmente en el país. En todo caso, al margen de esas nuevas gestiones, el éxito de la operación ha sido grande, pues, tal y como valoró Javier Losada, "hoy los delincuentes y terroristas tienen menos oportunidades de hacer daño a nuestra sociedad".
La operación se enmarca en el Plan Integral para el Control de las Armas de Fuego (PICAF) de la Guardia Civil, en el que se busca evitar el desvío de armas a grupos criminales y unidades terroristas y ha implicado a la Jefatura de Información (UCE3) y el Grupo de Información de la Comandancia de Pontevedra, con el apoyo del Servicio Cinológico de Madrid y de la Intervención de Armas de la Comandancia.
La operación comenzó el pasado mes de marzo, después de que la Guardia Civil detectase que un vecino de Ponteareas con licencia de armas como tirador deportivo estaba adquiriendo a través de internet piezas y accesorios para armas que no correspondían a las que poseía legalmente. Como colofón a la investigación, se realizó un registro y se localizó el arsenal.