Los chiringuitos 'playeros', en el punto de mira de la Xunta
Por Alejandro Espiño
Cada vez es más difícil encontrar una playa en Galicia, especialmente en aquellas zonas más turísticas, en donde no haya chiringuito. Esta tradición, importada de la cultura mediterránea, ha calado con fuerza en nuestra comunidad y, a veces, no siempre situados de la mejor manera. De ahí que la Xunta los haya puesto en su punta de mira.
El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, ha asegurado este lunes en Sanxenxo que su ejecutivo "non está en contra" de los chiringuitos en las costas de Galicia, pero ha advertido que el decreto que los regula ha sido modificado para establecer de manera clara de qué forma pueden funcionar y qué no tendrán permitido hacer.
Un primer paso fue la aprobación el pasado mes de abril del catálogo de playas de Galicia que clasificaba el millar de playas gallegas en función de sus características.
Así, en las playas considerabas naturales, los chiringuitos deben ser desmontables, temporales y más pequeños. Solo se autorizan entre mayo y octubre y si tienen una superficie máxima de 70 metros cuadrados -solo 20 de ellos de instalación cerrada-.
Al mismo tiempo, también se define la necesidad de mantener una distancia mínima entre dos chiringuitos, unos 300 metros cuadrados, y en su conjunto tendrán una ocupación inferior al 10% de la superficie de la playa en marea alta.
Los arenales urbanos, por su parte, podrán tener instalaciones fijas y temporales. Para estas últimas, se mantiene la misma superficie que en las playas naturales, con la diferencia que la distancia entre las mismas será de unos 100 metros cuadrados y deberán tener una ocupación inferior al 50% de la superficie de la playa en marea alta.
En cuanto a las instalaciones fijas, tendrán una superficie de 200 metros cuadrados, de los que 150 podrán ser cerrados y los restantes serán para terraza cerrada y desmontable. Podrán añadirse 70 metros cuadrados de ocupación abierta y desmontable, así como una zona de aseo que no supere los 30 metros cuadrados de uso público y gratuito.
La distancia mínima entre dos instalaciones de este tipo será de 150 metros cuadrados.
El objetivo de esta normativa, según Núñez Feijóo, es homologar este tipo de establecimientos hosteleros, de forma que tengan unas dimensiones adecuadas, unos servicios determinados o una barrera vegetal que permita que "non destrocen a praia" y que les permita formar parte del paisaje de la costa gallega.