El revuelo y el malestar generado en las últimas semanas en la Audiencia Provincial de Pontevedra a raíz del trato recibido por los miembros del jurado del conocido como crimen de la desbrozadora de A Cañiza parece superado. Esta semana se ha juzgado el primer caso por tribunal popular desde aquella polémica y fuentes judiciales confirman que hubo una "transformación completa".
La polémica en cuestión comenzó porque los nueve titulares y dos suplentes de aquel jurado se pasaron dos días enteros deliberando en los que ni siquiera se les suministró un elemento tan básico como botellas de agua. Además, se vieron en la tesitura de que, llegada la noche, no tenían veredicto, de modo que tenían que quedar incomunicados y durmiendo en un hotel y se encontraron a las tantas de la noche sin habitación reservada ni nada para cenar.
El malestar no tardó en hacerse notar en el seno de la Audiencia Provincial de Pontevedra y todas las fuentes consultadas responsabilizaron directamente a la Xunta de Galicia, administración responsable de dotar de los medios necesarios a las personas que forman parte de un tribunal popular, que ni siquiera les garantizó que esos dos días tuviesen comida decente.
El asunto llegó al Parlamento de Galicia a través de la diputada socialista por Pontevedra Patricia Vilán y generó unas controvertidas declaraciones del director xeral de Xustiza, Juan José Martín, que responsabilizó al personal de la Audiencia y afirmó que en la Xunta de Galicia el personal "trabaja como mínimo hasta las tres", pero "no sé si en la Audiencia también".
Las críticas y peticiones de dimisiones no tardaron en llegar desde distintas asociaciones del ámbito de la Justicia y finalmente Alfonso Rueda, vicepresidente de la Xunta y máximo responsable político de Xustiza en Galicia, acabó reconociendo el error en este caso y pidió disculpas públicas a los integrantes del jurado popular.
Incluso se abrió un expediente gubernativo en el TSXG para investigar las causas de esta desatención y depurar responsabilidades.
Además de las esperadas disculpas, esta semana se confirmó que algo había cambiado tras polémica. El lunes comenzó un juicio con jurado contra un funcionario de la Subdelegación del Gobierno acusado de cohecho por pedir "regalitos" para tramitar permisos de residencia y el primer día, nada más llegar, ya tuvieron botellas de agua, café y croissant para desayunar.
En esta ocasión el juicio se celebró en la misma sección que el anterior, la Segunda de la Audiencia, cuyo letrado de la Administración de Justicia se había visto obligado a gestionar un hotel a las once de la noche y acompañar a los jurado escoltados por la Policía Nacional a buscar un bocadillo para cenar. En esta ocasión, no fue necesario nada parecido.
Los jurados de este nuevo juicio no se quedaron a dormir, pero en la jornada del martes no tuvieron veredicto hasta pasadas las 14.30 horas, de modo que sí se les facilitó una comida en un hotel cercano.
"Se notó mucho el cambio", indicaron todas las fuentes consultadas por PontevedraViva, que aplauden la nueva actuación de la Xunta de Galicia, que realizó todas las gestiones necesarias para que los integrantes del tribunal popular tuvieran un trato adecuado.