Sinaí Giménez eludirá entrar en prisión a pesar de ser condenado a cuatro años por una reyerta en un mercadillo
Por Natalia Puga & Cristina Saiz
Sinaí Giménez Jiménez, conocido como el rey de los gitanos de Galicia y líder de un grupo familiar conocido como los 'Morones', ha sido condenado este lunes con su conformidad a cuatro años de prisión como autor de cuatro delitos de lesiones por su participación en una reyerta con otro grupo de vendedores ambulantes en el mercadillo de Cangas. Pese a la pena impuesta, eludirá el ingreso efectivo en la cárcel.
El Juzgado de lo Penal número 2 de Pontevedra dictará una sentencia condenatoria tras una vista oral celebrada este lunes en los juzgados de A Parda en la que se benefició de un importante acuerdo suscrito con la Fiscalía. El ministerio público le pedía inicialmente 14 años de prisión, pero tras haber llegado a un acuerdo de conformidad, redujo la petición a cuatro. Él se conformó, reconoció su culpabilidad y la sentencia será ya firme.
Sinaí se sentó en el banquillo de los acusados junto a otras diez personas. En esta causa había doce acusados, pero uno de ellos no se presentó porque el juzgado ni siquiera logró citarle, al encontrarse en paradero desconocido. Finalmente, fruto de ese mismo acuerdo, el hombre, Rafael Fernández, resultará absuelto.
Esta causa se inició por un enfrentamiento en el mercadillo de Cangas en el año 2015 entre dos grupos de personas enfrentadas desde hace años en Galicia, los 'Morones' liderados por Sinaí Giménez y su familia y los conocidos como 'Zamoranos', todos dedicados a la venta ambulante. Cinco acusados eran de los 'Morones' y siete de los 'Zamoranos'.
En total, de los doce acusados, cinco resultan condenados y siete absueltos. Los condenados son Sinaí Giménez y su hermana María Consuelo Giménez Jiménez por los 'Morones' y Enrique León Salazar, Javier Duval Gómez y José Luis Jiménez Escudero por los 'Zamoranos'. Ninguno de ellos tendrá que pagar indemnizaciones al renunciar las partes.
La condena mayor es la de Sinaí Giménez. En concreto, le condenan por cuatro delitos de lesiones a un año de prisión por cada uno. A pesar de que la pena total es a cuatro años, de forma individual tan sólo son un año por delito, de modo que la ley permite que eluda el ingreso en prisión.
La fiscal del caso reconoció ese derecho porque este hombre cuenta con antecedentes penales, pero posteriores a los hechos juzgados este lunes. No se mostró contraria a que se suspenda su ingreso efectivo en prisión, pero sí pidió como requisito que no vuelva a delinquir en un plazo de cinco años.
Su hermana María Consuelo Giménez ha sido condenada a tres años, un año por cada uno de los tres delitos de lesiones que aceptó. Al igual que en el caso de su hermano, eludirá el ingreso en la cárcel condicionado a no delinquir durante cinco años.
Los otros tres condenados tienen una condena de un año de prisión cada uno por un delito de lesiones por cabeza. También eludirán el ingreso en la cárcel porque, además de ser una pena inferior a dos años, carecen de antecedentes policiales y penales. En su caso, la suspensión está condicionada a no delinquir durante dos años.
El acuerdo se negoció durante toda la mañana de este lunes en los juzgados de A Parda. El juicio estaba previsto para las 9.30 horas, pero finalmente el acuerdo se ratificó en la sala de vistas poco minutos antes de la una de la tarde. Esas tres horas y media de negociaciones entre los abogados y la Fiscalía se vivieron con intensidad en A Parda, donde se desplegó un amplio dispositivo de seguridad.
Medio centenar de personas afines a los 'Morones' se concentraron en respaldo de Sinaí y los acusados de su 'bando' y, a la salida, recibieron al conocido como rey de los gitanos entre aplausos y el grito de "Viva el Obama', en alusión a que él mismo se presentó como el 'Obama gallego' hace cuatro años cuando concurrió a las elecciones municipales para ser alcalde de Vigo.
En relación con los 'Zamoranos', tan solo acudieron los siete acusados e incluso entraron por el juzgado de guardia para evitar el contacto directo con el resto de procesados. Durante las negociaciones, no llegaron a tener contacto, sino que estuvieron en salas separadas, y durante el juicio no llegaron ni a cruzarse la mirada.
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