La ausencia de balizamiento de un polígono de bateas "contribuyó objetivamente" al naufragio del Nuevo Marcos en Combarro en 2017
Por Natalia Puga
El naufragio del pesquero 'Nuevo Marcos' que el 26 de abril de 2017 se cobró la vida de tres personas a media milla del puerto de Combarro se produjo como resultado de "varios eventos accidentales consecutivos" y tuvo un factor desencadenante fundamental en la ausencia de balizamiento de los límites de la zona de bateas con la que colisionó el buque, que "contribuyó objetivamente a que se produjera la colisión".
Estas son las conclusiones a las que ha llegado la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) del Ministerio de Fomento tras investigar la colisión y hundimiento de la embarcación.
El informe, hecho público este martes, especifica que las "verdaderas causas del accidente" son que chocó contra un polígono de bateas que no disponía de balizamiento, que había una noche sin luna, oscura, que no permitía ver las bateas a no ser que se estuviera vigilando el radar y que no se descarta que, debido a la hora en que se produjo el accidente, la vigilancia de la navegación no fuera eficaz.
Añade que debido a lo repentina y violenta que debió ser la colisión, no se descarta que el estado psicológico de los tripulantes fuera de confusión, lo que llevó a que no se evaluara correctamente la situación y que la conciencia de seguridad de la tripulación no era la adecuada.
El documento, de 34 páginas, realiza recomendaciones de seguridad al Ministerio de Fomento, la Xunta de Galicia y las Cofradías de Pescadores de la Ría de Pontevedra para evitar que vuelva ocurrir un naufragio como este.
A la Xunta y el Ministerio le recomiendan que evalúen si la situación de las bateas del polígono Portonovo D suponen un riesgo para la navegación, que actualicen su posición y/o modifiquen las cartas náuticas oficiales correspondientes. También aconsejan que reconsideren el balizamiento previsto de dicho polígono y que procedan a la instalación del balizamiento.
En cuanto a las cofradías, el consejo es que den difusión a este informe y sus conclusiones, con el que se pretende transmitir la idea de que ante cualquier imprevisto o contingencia, lo más importante es pensar primero en la seguridad de las personas y de la propia embarcación.
La CIAIM concluye que, teniendo en cuenta las conclusiones de este informe, los patrones deben anticipar la posible limitación de sus capacidades por trabajar en horario nocturno y dar una mayor franquía al riesgo o ayudarse de medidas adicionales, como es el uso del radar, si está disponible.
En cuanto a los "eventos accidentales consecutivos" por los que produjo el hundimiento, aclara que son cuatro: el tripulante que estaba al timón "no estaba ejerciendo una vigilancia eficaz" o bien no era consciente de la cercanía del polígono de bateas; la embarcación colisionó contra la batea; la tripulación no se detuvo a inspeccionar los daños y continuó marcha avante a la velocidad a la que iban navegando; y la ola de proa generada por la propia navegación alcanzó el límite inferior de los daños producidos en el casco produciéndose una vía de agua que progresivamente fue aumentando hasta provocar el hundimiento.
Además, concluye que, posteriormente, tampoco se tomó medida de protección alguna que permitiera a la tripulación ponerse a salvo de manera efectiva. Así, especifica que la tripulación no fue consciente de la gravedad de la situación, como muestra el hecho de que no se ordenara abandono, ni preparar la balsa salvavidas, ni colocarse los chalecos salvavidas, ni tan siquiera avisar a las embarcaciones de la zona o a Sasemar del suceso.
"Posiblemente se juzgó de manera errónea que el puerto de destino era más accesible de lo que en realidad era", valora el dictamen de la CIAIM, que añade que si la tripulación hubiera parado la embarcación y comprobado los daños, probablemente la embarcación no se hubiera hundido o la tripulación hubiera tenido más tiempo para protegerse, pedir ayuda y organizar el abandono.
El Nuevo Marcos colisionó con una batea mientras navegaba desde el puerto de Marín al de Combarro, ambos en la ría de Pontevedra. La colisión se produjo al nordeste de la Isla de Tambo y, como resultado del choque, se originó una inundación masiva que produjo un rápido hundimiento tras el golpe.
La tripulación quedó en el agua y uno de los tripulantes nadó aproximadamente durante una hora hacia la costa en busca de ayuda. Durante las labores de búsqueda y salvamento se rescató a un naufrago en una de las bateas del polígono y se recuperaron dos cadáveres a flote mientras que el cadáver del patrón fue localizado horas más tarde del fondo del mar por buzos de la Guardia Civil.
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