Mujeres de Lourizán hacen pilates y zumba en la calle al no poder usar el centro social
Por Alejandro Espiño
La convivencia en el renovado centro social de Lourizán no está siendo fácil. Eso, al menos, es lo que denuncia la Asociación Rural Mulleres de Estribela e Lourizán (Armel). Sus clases de pilates y zumba, que se iniciaban este lunes, no han comenzado con buen pie.
Las participantes se encontraron con la desagradable sorpresa de no poder utilizar el salón de actos del centro social, situado en Estribela. Se vieron obligadas, a modo de protesta, a celebrar estas sesiones deportivas en la calle.
La presidenta de Armel, Raquel Souto, ha explicado que esta situación está provocada por las discrepancias con otro de los colectivos a los que el Concello de Pontevedra ha permitido usar estas instalaciones.
En concreto, esta asociación ocupa un despacho en el que se encuentran las llaves de la luz y los controles del aire acondicionado. Aunque se les indicó que esta estancia no podía cerrarse con llave para poder acceder a estos mandos éstos habrían desoído las indicaciones.
Las mujeres afectadas reclamaron la presencia de la Policía Local para que ésta levantara acta de lo sucedido y han pedido que el Concello intervenga para evitar que esta situación de repita.
Desde el gobierno municipal lamentan que estas discrepancias se produzcan, ya que es el único centro social en donde existen problemas de convivencia.
Aseguran que si tienen que mediar entre los usuarios así lo harán, pero confían en que no tengan que llegar a este extremo y esperan que las asociaciones hablen entre ellas y se organicen de manera que todas puedan usar estas instalaciones de manera apropiada.