El día grande de la Feira Franca comienza con el tradicional transporte del vino
Por Oskar Viéitez
La Asociación Recreativa de Xeve escenificó la llegada de los carros con el vino del ribeiro y su entrada en la ciudad desde Ourense hasta Santa Clara y de ahí a la plaza de A Ferrería.
Gentes por doquier corren a la apertura del mercado porque "llega el mes sin impuestos" con el que el rey Henrique IV premió a la Boa Vila su fidelidad, quince días antes y otros quince después del 24 de agosto, festividad de San Bartolomé.
Por fuera de la vieja muralla no hay fiesta porque ahí la fiscalidad pertenecía al arzobispado de Santiago. Así que bueyes, vacas, ovejas, vinos, quesos, herramientas, madera y viandas, de todo llega a intramuros de una ciudad donde sus habitantes danzan con sus mejores galas, entre saltimbanquis y mercaderes.
Con el fin del verano y la llegada de las cosechas, Pontevedra recuerda así que en el año 1467 era una pujante villa.
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