Fabricio F. admite haberse apropiado de 220.000 euros de la cofradía de O Grove para gastarlos en el Casino
Por Cristina Saiz & Anxo Lourido
Fabricio F.A., acusado de apropiarse de 505.000 euros como presunto autor de un delito de malversación de caudales públicos cuando ejercía como gestor económico de la cofradía de Pescadores San Martiño de O Grove en 2009 reconocía este martes, a preguntas del Ministerio Fiscal, que había hecho transferencias tanto online como en efectivo de las oficinas de Banesto y La Caixa en el municipio de las cuentas de la cofradía a las suyas por una cifra de 220.000 euros.
El acusado reconoció, ante el Tribunal de la sección segunda de la Audiencia de Pontevedra en la vista oral que se celebra con jurado popular, que en aquella etapa sufría ludopatía y que acudía diariamente al "Casino de La Toja" . Señaló que comenzó a jugar de manera social en 2007 con su dinero y después empezó a coger cantidades de la cofradía "con la intención de jugarlo, recuperarlo y devolverlo", pero admitió que la bola se hizo "tan tan grande" que se hizo imposible devolverlo.
Reconoció haber gastado también el dinero de su matrimonio, de sus padres y de sus hijos, además del invertido en un negocio que había emprendido. "Mi mujer me dejó, le fallé a mis padres y a mis hijos", señaló ante la jueza. Explicó que esta situación le llevó a una depresión y en septiembre de 2010 entraba en la Asociación Gallega de Jugadores Anónimos (AGAJA) para tratar el problema. "Me era imposible controlarme. Me levantaba pensando en jugar", apuntó. En ese momento decidió autodenunciarse el 1 de noviembre de 2010.
Sin embargo, Fabricio F.A. solo reconoció aquellas transacciones online o retiradas en efectivo en las que figuraba su nombre. Afirmó que de otras cantidades no se hacía responsable. "Yo estoy dispuesto a pagar por lo que hago pero no por lo que no hago", indicó a preguntas del letrado de la defensa. De esta forma, rechazó que él se hubiera llevado dinero de la pescadería de la lonja de O Grove, de una caja fuerte de la que tenía la combinación, así como de la caja para actividades económicas diarias de la cofradía.
En cuanto a si había intentado devolver las cantidades, Fabricio F.A. indicó que solo gana alrededor de 6.000 euros anuales de los cuales descuenta 300 euros al mes para pasar la pensión a su mujer y a sus hijos. Afirmó que nadie le contrataba tras este caso como auxiliar administrativo y que actualmente trabaja en una "orquesta de tercera división" en la que cobra por actuación. El imputado se negó a responder a las preguntas de las acusaciones particulares.
El primer testigo en declarar en este juicio fue el entonces patrón mayor de la cofradía Francisco Iglesias. Explicó al tribunal que en 2007 se había nombrado gestor económico a Fabricio F.A., que venía ejerciendo las labores de contable en la entidad. Para la retirada de dinero en las sucursales bancarias era necesaria una firma mancomunada, de manera que los dos acudieran al banco para retirar el dinero y los dos tenían una clave para poder hacer transferencias online. Él nunca llegó a usar la firma mancomunada, afirmó.
Francisco Iglesias calificó a Fabricio de persona "de absoluta confianza" hasta el momento en que se descubrió todo los movimientos en las cuentas y que se le había nombrado gestor económico a petición del propio imputado, que se había quejado de las intervenciones por parte de la secretaria de la cofradía. De esta forma, Fabricio se convirtió en "el máximo responsable de la economía" en la entidad, apuntó el ex patrón mayor de O Grove.
Confirmó que el acusado, estando ya de baja por depresión, había llegado a llevarse 7.000 euros de la pescadería indicándole a los trabajadores del establecimiento que gestiona la cofradía que los necesitaba para hacer un pago urgente.
Las sospechas sobre Fabricio comenzaron cuando en junio de 2010 se le pidió el balance de cuentas y el acusado daba largas y no las presentaba. "No teníamos conocimiento de que era habitual del Casino", dijo Francisco Iglesias a preguntas del fiscal. Al detectar las transferencias bancarias e iniciarse una auditoría por parte de Sace, una consultora establecida por la Xunta para el control de las cofradías, fue cuando el presunto malversador se autodenunció, afirmó el ex patrón mayor.
A preguntas de la acusación del Banco de Santander (entidad que absorbió a Banesto), Francisco Iglesias señaló que no sabe cómo Fabricio pudo operar durante todo ese tiempo y cómo desde las sucursales bancarias se le facilitaba el dinero cuando era necesaria la firma mancomunada. "Los bancos no sueltan una perra pero en Banesto retiró hasta cuatro veces" dinero en efectivo, manifestó Iglesias que rechazó una negligencia por su parte para que Fabricio se hubiera apropiado de la clave para hacer las operaciones vía online.
La vista oral continuará este miércoles a las 10.00 horas en la Audiencia Provincial con las declaraciones del resto de testigos.
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